Los que nunca abandonan
Ni el calor de su gente en las gradas impidió que el Real Oviedo cayera este sábado ante el RCD Mallorca. Los hombres de Juan Antonio Anquela, que se vieron arropados por medio centenar de seguidores oviedistas en Son Moix, no pudieron darle una alegría a sus aficionados.
Allí estuvieron, con sus camisetas y bufandas azules, gritando y animando sin parar, disfrutando de una gran tarde de fútbol. Pero nada pudo evitar que la decepción se adueñara de sus sonrisas al abandonar el estadio bermellón con la derrota en el cuerpo.
Estupiñán y su solitario gol, en una de las escasas acciones de peligro que tuvo el encuentro -menos aún tuvo el Real Oviedo en la portería de Reina-, deshizo como arena entre los dedos las ilusiones de este puñado de aficionados carbayones que quisieron animar a su equipo en primera persona.
La afición del Real Oviedo nunca abandona. Lo ha vuelto a demostrar este sábado en Mallorca y lo volverá a hacer la próxima semana en las gradas del Carlos Tartiere. Pero le duele ver caer a los suyos en un encuentro en el que nada salió como esperaban.
Ni los cambios de Anquela en el once inicial surtieron el efecto deseado; ni el ímpetu por enfrentarse contra un rival directo en la lucha por el play off de ascenso se impuso al gran carácter que mostró el conjunto bermellón. Los seguidores azules salieron de Son Moix con la sensación de haber visto a un Real Oviedo apagado.