Entrena para ganar

El Real Oviedo ha comenzado con muy buen pie esta nueva etapa con Álvaro Cervera al frente. El equipo carbayón realizó un gran trabajo ante el Málaga para llevarse el triunfo (1-0) gracias al gol de Borja Bastón de penalti.

Prácticamente con lo puesto, por la gran cantidad de lesiones que asola la plantilla carbayona, se presentaba Cervera con su Real Oviedo en su estreno en el banquillo azul.

El primer aviso fue de Cristian con un golpeo de libre y directo que se marchó muy cerca del palo de Tomeu Nadal.

Tras los primeros compases de tanteo, el Real Oviedo dio un pequeño adelante y, aunque no tirase entre los tres palos, lo intentaba. Un peligroso centro de Abel Bretones casi lo cazó Viti Rozada, que se resbaló en el césped impidiendo su remate.

Pero el Málaga no bajaba los brazos y Rubén Castro pudo adelantar al Málaga si su remate de cabeza ante Tomeu Nadal no hubiera sido tan forzado. Por suerte, atrapó el guardameta azul.

Viti Rozada vio la cartulina amarilla por falta sobre Luis Muñoz al filo de la media hora, demasiado pronto para el trabajo que tenía que hacer taponando la salida de balón.

A pesar de algunas aproximaciones por parte de ambos, las ocasiones brillaban por su ausencia.

Cuando el tiempo reglamentario estaba a punto de cumplirse, un peligroso centro de Javi Jiménez casi lo remata Aleix Febas en boca de gol. La presencia de Aceves fue suficiente para que el atacante no acertara ante Tomeu Nadal.

Casi sobre la bocina, un centro de Lucas que cabeceó levemente Aceves lo tocó Escassi con la mano y Arcediano Monescillo indicó la pena máxima. Borja Bastón lanzó desde los once metros y no falló. Y llegó el descanso.

El Oviedo dio muestras de mejoría en la segunda parte, presionaba la salida de balón del Málaga y se sentía más cómodo sobre el verde.

Cervera movió el banquillo e hizo un doble cambio ofensivo introduciendo a Obeng y Sergi Enrich por Javi Mier y Abel Bretones.

El Málaga buscaba el empate a la desesperada a través de Fran Sol o Rubén Castro, pero la defensa del Real Oviedo se mantenía a raya. Hombres como Lucas trabajaban a destajo no sólo en defensa, sino también en ataque protagonizando algunos centros peligrosos. Daba la sensación de que el conjunto azul tenía el partido controlado y cuánto tiempo hacía que la afición no veía así a su equipo...

Para tener ese control y ayudar a la defensa, Cervera metió a Marcelo Flores para sustituir a Viti, que se desfondó para cumplir con el cometido que le encargó el nuevo técnico: trabajo, trabajo y más trabajo. De hecho, el mexicano cortó en seco un tiro de Fomba en el área que pudo ser el empate en los últimos minutos.