Kiko Olivas llegó al Real Valladolid para jugar

En el fútbol mucho se habla de los merecimientos, de que debe jugar aquel que mejor lo haga y, sobre todo, el que mejor entrene. La teoría está clara pero la práctica es bien distinta. Por ejemplo, el central más cuestionado del Real Valladolid, es indiscutible para Luis César Sampedro. Desde su debut liguero, Kiko Olivas es un fijo en los planes del entrenador gallego. Sea expulsado, como en la remontada (2-3) ante el Club Deportivo Numancia, o cometa un penalti innecesario, como en la victoria (3-2) ante el Real Zaragoza, el central malagueño es un fijo para Luis César. Lo es hasta el punto de que, pese a debutar en la quinta jornada, ya es el sexto jugador más utilizado en la competición regular.

 
Con un estatus muy definido desde su llegada al Pucela, Kiko Olivas ha ido ganando en galones, peso y minutos pero, posiblemente, esa evolución de juego no se ha visto recompensada en rendimiento. La puesta en práctica del ex del Girona FC no ha sido la esperada. Ni buena ni regular ni mala. Kiko Olivas no está cumpliendo las expectativas con las que había llegado a Valladolid. Pese a ello, es un jugador determinante. Acumula todos los partidos posibles desde el 16 de octubre. Desde aquel debut liguero ante el Granada CF, el de Antequera sólo se ha perdido la derrota (2-1) ante el Albacete Balompié. Una sanción le sacó del once pucelano, no una decisión del entrenador.

Cuestión de roles

Con ello, y contando con su primer partido de blanquivioleta en la clasificación copera en Huesca, Kiko Olivas suma 16 participaciones y más de 1.400 minutos. Independientemente del rendimiento, el '4' pucelano es indiscutible. Lo es porque vino para eso. Firmó por el Real Valladolid porque sabía del peso y del puesto que iba a tener. Se le propuso y se está cumpliendo, y él, sin llegar al nivel esperado, sigue sumando y sumando minutos y partidos. Cuestión de roles. No de entrenamientos