1-1: El Pucela se reivindica para empatar al Celta

La derrota (2-0) ante el Real Betis había hecho daño al Real Valladolid. Pese a que Sergio González quiso restarle trascendencia en la previa a la visita del RC Celta de Vigo, el entrenador catalán era consciente de los miedos que había suscitado ese duelo en el Estadio Benito Villamarín y los cambios que obligaba a hacer para la tercera jornada de LaLiga Santander.

Toni Villa, Luis Pérez, Raúl García Carnero y Kike Pérez eran los nombres propios de un partido que debía devolver a los pucelanos a la senda del primer encuentro de la temporada. La base soñada se demostró ante la Real Sociedad y aprovechando el regreso al Nuevo Estadio José Zorrilla, Sergio y los suyos querían volver a esa ilusión generada, como hicieron tras un interesante duelo.

Esos recursos futbolísticos del primer partido son la base desde la que debe crecer el Real Valladolid y que volvió a mostrar en fases de la visita del Celta pese al importante listado de bajas para un duelo en el que los detalles fueron determinantes. Las pequeñas diferencias entre pucelanos y vigueses marcarían el partido, como bien definió Iago Aspas al borde del descanso o Hugo Mallo al cometer el penalti sobre Kike Pérez.

Aspas marca la diferencia

El Real Valladolid, que bajo la batuta de un Toni Villa liberado y moviéndose entre líneas firmó 45 minutos muy interesantes en la primera parte, vivió el tiempo necesario en campo rival como para generar las ocasiones y las sensaciones necesarias para ganar el partido. Todo ello en un duelo igualado.

El reparto de ocasiones era casi total, pero el acierto, no. A pocos segundos para el intermedio, Iago Aspas encontró un hueco en la defensa blanquivioleta y anotó un golazo que marcó la diferencia en un encuentro igualado e interesante, nada que ver con el disputado por ambos equipos a finales de la temporada anterior.

El tanto del internacional español resultaba determinante en un partido que no cambió en exceso tras el descanso. Ambos equipos se repartían el dominio, el control y las ocasiones en diferentes intentos de potenciar sus cualidades. En una de ellas, el Real Valladolid sacó provechó en forma de penalti.

Dominio blanquivioleta

Hugo Mallo derribaba a Kike Pérez en el área viguesa y Sergi Guardiola empataba. Nuevo cambio en el marcador, pero misma dinámica y tendencia en el juego. Nada variaba y nada cambiaba en exceso. Pequeños detalles y altibajos, sí, pero el encuentro continuaba con la tendencia marcada desde el inicio.

Buscando un punto de inflexión con los cambios, el encuentro terminaría en el campo del equipo gallego gracias al debut de Marcos André de Sousa y el refresco de los extremos con las entradas de Pablo Hervías y Óscar Plano. Siendo más directo y con las líneas mucho más avanzadas, el equipo de Sergio González pareció llegar con mucha fuerza al tramo final del encuentro.

Con intención y claridad, los pucelanos parecían tener fuerza para ese tramo final del duelo, pero fue sólo una mera efervescencia de los cambios. Dando por bueno el empate ante el miedo a una acción con la del primer tiempo, el Pucela pisó el freno sobrepasado el minuto 80 y dio por bueno el segundo punto de la temporada, una igualada con rasgos muy parecidos a la del primer día, aquélla que marca el camino y la ilusión. Para Sergio y para todos.