El Zaragoza deja escapar vivo al Oviedo en el Tartiere
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Así vivimos el Real Oviedo-Real Zaragoza
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El estreno goleador de Mikel
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El reencuentro de Zapater con el gol
Lo vivido en el Carlos Tartiere se puede calificar perfectamente como locura para el Real Zaragoza. Porque el partido tuvo de todo. Para el espectador imparcial, todo bueno, porque la verdad es que se pudo ver un encuentro entretenido con dos equipos que propusieron dos estilos similares. La ejecución, por fases, favoreció a unos o a otros. Pero lo cierto es que tanto el Oviedo como el Zaragoza quisieron ir a por el partido.
En ese camino hacia la victoria, el Real Zaragoza estuvo muchos minutos contra las cuerdas. Y las cosas empezaron pintando bien para el Zaragoza, o eso parecía... Porque Zapater tuvo en sus botas el 0-1 con una falta que ejecutó de manera magistral pero que se topó primero con Juan Carlos y luego con el poste. A renglón seguido, Aaron tuvo exactamente la misma ocasión y no perdonó. Del posible 0-1 se pasó al 1-0.
A partir de ese momento al Real Zaragoza le entraron las dudas. Quiso marcar, pero sus elaboraciones eran demasiados lentas y, en gran parte de las ocasiones, sin finalización. Apenas probó a Juan Carlos -tras la falta del capitán blanquillo- el equipo de Natxo González. Esas dudas se hicieron realidad con el segundo gol del Oviedo. Una pésima cesión de Verdasca a Cristian -demasiado alta, inalcanzable- dejaba en bandeja a Toché el 2-0 y todo parecía medio enfilado para los locales.
Pero entonces, llegó la reacción. Fue a balón parado y minutos después del segundo gol del Oviedo. Mikel empalaba un córner bien puesto, con la inestimable ayuda de Verdés, para recortar distancias. Eran los momentos previos a la venganza de Zapater, que hacía el 2-2 de la misma manera que lo había intentado al principio. Lanzamiento de falta, más difícil incluso que el primero que probó, y balón a la escuadra de la portería de Juan Carlos. Era el empate a dos y todo comenzaba de nuevo. ¿Lo mejor? Quedaba toda la segunda mitad por delante.
Segunda mitad
Le vino bien el descanso al Real Zaragoza que en la segunda mitad salió con más ambición que el Real Oviedo. Los de Natxo se adueñaron del cuero y el Oviedo salió a esperar. De hecho, con el balón en su poder, el conjunto aragonés se fue acercando pulgada a pulgada a la portería del Oviedo, para ir encerrando a su rival. En el minuto 63 Borja tuvo la ocasión más clara del segundo acto, e incluso del partido, tras un pase genial de Buff. Sin embargo, Juan Carlos metió la mano en el uno contra uno.
De hecho, el Zaragoza perdonó demasiado. Ángel tuvo minutos después otra ocasión muy clara que también marró. Fue por el costado izquierdo y en esta ocasión tenía a Borja solo en el medio, pero decidió probar suerte y Juan Carlos volvió a desmontar la ocasión con otra mano salvadora. Lo cierto es que el equipo le cogió la medida a la defensa ovetense y filtró muchos balones hacia los hombres de arriba, sobre todo a Borja.
Eran buenas las intenciones del conjunto aragonés, pero le faltó materializar sus ocasiones. El Oviedo con sus cambios, pudo contener las internadas del Real Zaragoza e incluso estiró un poco a su equipo, que también tuvo sus ocasiones. Ángel se redimió de su ocasión anterior y le puso un balón de oro a Papu, pero el georgino no llegó por centímetros. Seguía el empate a dos y el Zaragoza estaba dejando escapar vivo a un rival diluido.
Con el pitido final, el equipo de Natxo pudo hacer dos lecturas de su partido. En la primera parte lo tuvo perdido, con dos goles abajo. En la segunda, con sensaciones igual de buenas, dejó escapar vivo a un rival que vio como hasta tres ocasiones claras de los aragoneses no llegaban a buen puerto. Un punto que no es malo, pero que también sabe a poco...
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