Un Real Zaragoza que rompe maldiciones

"El drama de Los Pajaritos", "El infierno del Sadar", "La maldición contra el Valladolid de más de una década", "Los problemas ante el Nàstic..." "Barcelona B, un rival que se le atraganta". En los últimos años, incluida esta temporada, se iban acumulando en las previas sobre el Real Zaragoza un sinfín de maldiciones, de frases recurrentes que hablaban de barreras insalvables por pura estadística. Natxo González y sus hombres se han ido encargando de dinamitar cada una de estas noticias estadísticas, de borrarlas de la mentalidad zaragocista quién sabe si para siempre.

 
Uno de los logros de este Real Zaragoza de récord, de la segunda vuelta de 47 puntos y las seis victorias consecutivas, ha sido precisamente ese: tener una mentalidad ganadora tan fuerte que roto con esquemas y murallas que parecían de acero. Una de esas veces llegó en el escenario de hoy, cuando Jorge Pombo asaltó Los Pajaritos con dos goles de delantero puro. 1-2 ante un rival directo y uno de los mejores locales de la categoría.
Poco después, Cristian y Borja aguaron el infierno de El Sadar, donde desde 2003 (David Villa había sido el goleador) sólo se había ganado una vez. Desde ese año, el Real Valladolid también se le resistía en La Romareda, y hace unas semanas le ganó por puro coraje para llegar a los play off. Tarragona y Mini Estadi, otras dos plazas ariscas con el Zaragoza, se convirtieron en dos escenarios muy amables. 
El Real Zaragoza, por carácter y gen ganador, ha ido conquistando todos los sitios que el zaragocismo miraba con miedo y recelo. Ahora queda un nuevo reto: olvidarse de la espina que aún escuece, la de los play off de 2015.