Paralelismos con la reacción de Pucela
La plantilla del Real Zaragoza acabó con buenas sensaciones en Albacete. El partido se había puesto muy cuesta arriba con los dos goles encajados en los primeros minutos y la reacción que tuvo el equipo se valora positivamente. El empate final sabe a poco a tenor de lo que fue capaz de mostrar el cuadro de Idiakez en el segundo tiempo. Hay quien recuerda esta reacción como la que hubo el curso pasado en Valladolid y que fue el punto de inflexión del equipo.
Temporada pasada. Mes de diciembre. El Zaragoza deambula por la Segunda división coqueteando con el descenso. Los de Natxo González emitían buenas sensaciones, pero la clasificación les situaba a un par de puntos del descenso. La primera vuelta no estaba siendo buena y llegaba el partido en Pucela en un duelo entre aspirantes.
El frío de la noche castellana pasó a congelación en los primeros minutos. En la primera jugada ofensiva de su equipo Anuar puso el 1-0. Poco después un autogol de Mikel González significaba el 2-0. El Zaragoza tocó fondo. Pero pudo reaccionar. Un doblete de Borja Iglesias metió al equipo en el partido. Ese combate se perdió, pero ahí se forjó la reacción de la segunda vuelta que acabó con el equipo en tercera posición.
En Albacete también hubo autogol, esta vez de Verdasca, quien también se fue lesionado como hiciera el curso pasado Mikel González. También se tocó fondo y también se reaccionó. En este caso, el coraje del grupo sirvió para rascar un punto. Las declaraciones de los protagonistas hablaban de eso; "Esta reacción valdrá más que el punto", decía Idiakez. "Este punto nos refuerza anímicamente", apostillaba Álvaro Vázquez.
Desde esa derrota y esa reacción en Pucela el Zaragoza se encontró a sí mismo y se vino arriba. Quién sabe si puede suceder lo mismo año y que ese despegue llegue a tiempo para cumplir con el sueño.