El fútbol en lunes y la entrada más floja de la temporada
-
La afición del Cádiz prepara una protesta por los horarios
-
El resumen en vídeo del Zaragoza-Nàstic: goleada para volver a la vida
El Real Zaragoza consiguió frente al Nàstic de Tarragona tres puntos importantes, fundamentales de cara a lograr la salvación de forma definitiva cuanto antes. Sin embargo, el partido del pasado lunes dejó un dato preocupante para el club, pues en un partido considerado prácticamente como una final, se obtuvo la entrada más floja de toda la temporada en La Romareda.
Varios son los factores que pueden explicar la falta de apoyo de la afición al equipo. Por una parte un cierto desencanto con la temporada de los blanquillos, pero sobre todo, los factores externos. Dos destacan especialmente, el horario y el hecho de que el partido fuera televisado, que unidos a la lluvia que descargó sobre el coliseo zaragozano durante buena parte del encuentro, formaron un cóctel que provocó que apenas 14.912 personas se acercaran al estadio.
Lo cierto es que el partido ante el conjunto catalán es una excepción respecto a lo mostrado por la afición blanquilla a lo largo de una temporada en la que se acumulan más fracasos que alegrías. De media, el Real Zaragoza ha conseguido arrastrar a su campo una cifra cercana a las 21.000 almas –concretamente 20.839 hasta la fecha–, con picos superiores, alcanzando los 25.978 en el encuentro ante el Albacete.
Sin embargo, las cifras no engañan. El fútbol fuera del fin de semana es perjudicial, también en el caso del equipo aragonés, pese a la fidelidad mostrada por su afición. Hasta en cuatro ocasiones La Romareda ha acogido encuentros fuera del horario habitual, tres de ellos en viernes y uno, el último, en lunes. Partidos atractivos ante rivales de entidad como Osasuna (23.849), Cádiz (17.950) y Oviedo (17.853) o de rivalidad por los objetivos, como el último ante el Nàstic. En estos choques la media de espectadores es notablemente inferior a la general, con 18.641 espectadores.
Una muestra más de que al margen de todos los intereses que se mueven alrededor del fútbol, los datos corroboran que jugar entre semana es perjudicial para atraer a los aficionados al campo y por tanto, malo para los equipos como el Real Zaragoza.