La desgarradora confesión del exzaragocista Cafú tras la muerte de su hijo
Cafú se derrumba. El ex del Real Zaragoza perdió a un hijo hace dos meses por un infarto mientras jugaba al fútbol y no hay un segundo en el que se acuerde de él. Danilo Feliciano tenía 30 años y una vida entera por delante, pero un problema de salud le costó la vida. Su padre ha hablado por primera vez después de aquel fatídico día y sus palabras son desoladoras.
El brasileño ha realizado una entrevista en Veja donde ha mostrado su sentir: "Enterrar a un hijo escapa del contexto general. Cada cinco días, voy al cementerio a visitar la tumba. No asimilé lo que sucedió. No he tenido el valor para ir a su habitación hasta ahora. Nunca volví a pisar la cancha donde ocurrió el infarto. No sé cómo describir la sensación de tirar tierra al ataúd de un hijo sabiendo que nunca volverá. Lloro todos los días solo. Cuando llego a casa, trato de ser fuerte. Lloro en el tráfico y llamo a mis amigos solo para llorar. Incluso saben y callan, así que lloro, lloro y lloro. El llanto alivia el pecho”.
Cafú: "No sé cómo describir la sensación de tirar tierra al ataúd de un hijo sabiendo que nunca volverá. Lloro todos los días solo. Lloro en el tráfico y llamo a mis amigos solo para llorar"
Cafú explicó así cómo murió su hijo. Un testimonio desgarrador: "Danilo estaba en el mismo equipo que yo. En un descanso, se fue y yo seguí jugando. Tres minutos después noté una conmoción fuera del campo. Por curiosidad, fui a ver qué estaba pasando y me encontré con mi hijo sufriendo convulsiones. Entré en pánico porque su historia cardíaca era delicada. Llamamos a emergencias y dijeron que llegarían en 10 minutos, pero sentía que mi hijo no podía esperar. Cargué a Danilo, lo subí al auto y en cinco minutos llegamos al hospital”.
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Y Cafú detalló la enfermedad que sufría su hijo: "Tenía aterosclerosis coronaria temprana. La primera aparición de la enfermedad también ocurrió dentro de un campo. Mientras estábamos jugando a la pelota, Danilo tenía 24 años y sintió un fuerte dolor en el pecho. Al día siguiente volvió a sentirse enfermo y fue solo al hospital, donde se realizó un electrocardiograma. El diagnóstico mostró que había sufrido un ataque cardíaco. Danilo me llamó a las 7 de la mañana y me pidió que fuera al hospital. Le pusieron un stent. Después de eso, la enfermedad parecía controlada. Tenía una cita programada para dos días después de su muerte, sólo para colocar un catéter y ver si el stent debería cambiarse".