La necesidad imperiosa de volver a conectar con La Romareda

La plantilla y el cuerpo técnico, desde la llegada de Juan Ignacio Martínez, entendieron que la necesidad de hacer de La Romareda un fortín era de suma importancia para el Real Zaragoza. Lo cierto es que el año 2021 ha tenido en vilo a la marea blanquilla por la situación de un equipo que peleó por el descenso en la campaña pasada y que merodea por mitad de tabla sin grandes apuros en la actual.

Ya con el técnico alicantino en el banquillo de La Romareda, la primera mitad del año en el feudo zaragocista se saldó notablemente. Los maños firmaron un total de seis victorias, algunas de mucho prestigio, como la que se logró ante una UD Almería que peleaba por el ascenso a primera división.

Antes de tomar las vacaciones de verano, el Real Zaragoza disputó once jornadas como local, en las que solamente la AD Alcorcón, por la mínima, y el CD Leganés de manera rotunda y contundente por 0-5 en la última jornada de la temporada 2020/2021, consiguieron vencerle. El buen rendimiento en casa fue definitorio para que el equipo se salvara a falta de dos jornadas para terminar la liga.

Giro de 180º en La Romareda

Continuar con este notable rendimiento en casa era el anhelo de JIM para la actual temporada. Sin embargo, esta tendencia tomó una dirección distinta y menos favorable para los intereses zaragocistas. Con el inicio del nuevo curso volvió la afición a llenar La Romareda, ese templo que tanto habían echado de menos. El retorno fue ilusionante, pero de nuevo, la realidad volvió a golpear a los blanquillos. Un inicio dubitativo y una racha de nueve empates consecutivos sumió al equipo en la lucha por el descenso una temporada más.

Los partidos en La Romareda no se saldaban con victorias y después de cortar la racha de igualadas, el Real Zaragoza brindó a la afición un triunfo ante el Sporting a principios de noviembre. Era la primea victoria que los zaragocistas podían celebrar en el campo después de un año y casi nueve meses. En cambio, esa victoria no pudo ser continuada con más triunfos, pues tan solo se produciría una victoria más, ante la SD Eibar, antes de acabar el año.

Los aragoneses despedirán un año marcado por los empates en casa, y el feudo blanquillo aguardará hasta el seis de enero para volver a albergar un partido de altura que trasladará a los zaragocistas varios años atrás. El Sevilla CF será su rival. Recuperar la conexión y la sinergia con La Romareda es necesario.