Hace ahora 125 años, en la reunión que mantuvo la directiva del Recreativo de Huelva el 9 de diciembre de 1891, en sus dependencias del Hotel Colón, el Club tomó una decisión histórica y pionera, la de construir por primera vez en España un recinto deportivo diseñado y pensado para la práctica del fútbol (y también de otros sports habituales entre sus socios, como el cricket y el ciclismo). Hasta ese momento, y desde varios años antes incluso de la fundación oficial del Club, los partidos de fútbol y cricket se disputaban en un terreno de marismas acolmatadas, con forma trapezoidal, situado frente a la Fábrica de Gas de la compañía escocesa The Huelva Gas Company, que dirigía el ingeniero Charles Adam, en la zona de la Vega Larga (delante de la actual Plaza de Toros de la Merced). Dichos terrenos eran de titularidad municipal, aunque estaban cedidos en usufructo a la Compañía del Gas.
La Guía de Huelva, publicación que recogía anualmente las actividades profesionales, empresariales, culturales y lúdicas de la ciudad, describía así a la Sociedad, con los datos de aquel año 1891: “Club Recreativo: esta Sociedad se dedica exclusivamente a proporcionar distracciones a sus socios: entre ellos se encuentran grandes jugadores de Foot-ball, Cricket y Lawn-tennis”.
La directiva del Club Decano, dada la proximidad de la conmemoración del IV Centenario del Descubrimiento de América, en la que todas las autoridades y fuerzas vivas de Huelva estaban volcadas, y con la que el Recreativo iba a colaborar mediante la organización de un extenso programa de competiciones deportivas durante el verano de 1892, entendió que había que comenzar lo antes posible la construcción de una instalación deportiva propia, tomando como modelo las que ya existían en Inglaterra, para albergar adecuadamente dichas competiciones y proporcionar mayor comodidad al público previsto. En la reunión del 9 de diciembre de 1891 se decidió iniciar las gestiones para construirla en los mismos terrenos en los que se venían celebrando los “juegos de pelota” (como los llamaba la prensa de entonces) desde muchos años antes, en la Vega Larga, y para ello el secretario del Club, José Muñoz Pérez, remitió una instancia al Ayuntamiento de Huelva, con fecha 14 de diciembre, solicitando dichos terrenos y el permiso para hacer obras en ellos, lo que se concedió en la sesión municipal del 21 de diciembre, y se comunicó por escrito al Club el 22 de diciembre de 1891, como vemos en la imagen.
A pesar de estar en plenas fechas navideñas, el Recreativo actuó con celeridad, y así, en el periódico La Provincia, del 2 enero de 1892 (Hemeroteca AMH) se nos informa que el Club “trata de hacer un velódromo para carreras de velocípedos y juegos de pelota en el sitio de las marismas frente a la fábrica de gas. Ya anteayer (es decir, el 31 de diciembre) estuvo haciendo la demarcación del terreno el perito D. Francisco Arenas y pronto daránse principio a las obras”. Pero surgió entonces una polémica sobre la titularidad de parte de aquella zona de marismas, por lo que la directiva del Recreativo, no queriendo alargar el asunto, tuvo que realizar diversas gestiones para buscar una ubicación alternativa, y a finales de enero se logró la cesión de otros terrenos, entre la carretera de Sevilla (hoy Alameda Sundheim) y las vías del tren, propiedad de la Rio Tinto Company, estratégicamente situados en la salida opuesta de la ciudad, en la zona de ensanche que estaban empezando a habitar la burguesía onubense y la colonia británica, frente a los chalets de William Alcock, Guillermo Sundheim, y el magnífico Hotel Colón, sede por entonces de las oficinas del Club y epicentro de los actos oficiales del IV Centenario del Descubrimiento de América.
Allí se construiría en los primeros meses de 1892, bajo la supervisión de una subcomisión compuesta por el doctor Mackay y Charles Adam, el Velódromo, el primer estadio de fútbol de España, el hogar del Decano durante los siguientes 65 años de vida del Club.
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