La pesadilla del Sevilla continúa (3-4)
Sevilla FC | 3 | 4 | Sporting de Braga |

Desastroso partido en defensa del Sevilla que se dejó encajar cuatro goles en su estadio. Gritos contra la directiva y aplausos al rival tras el partido. Del Nido ratificó a Álvarez tras el choque.
Nicola Rizzoli (Italia). Mostró amarilla a los sevillistas Zokora Perottiy también a Elderson, Salino y Aguiar en el Braga.
Sporting de Braga:Felipe; Silvio, Moisés, Alberto, Elderson; Salino, Aguiar (Lima m.53'), Vandinho; Alan, Paulo César (Paulao m.67'), Matheus (Elton m.79').
Se llama Matheus, y él solito se bastó y se sobró para echar por tierra las ilusiones de un equipo que había sido confeccionado con el único objetivo de hacerse fuerte en la máxima competición continental. Su fe y su velocidad pusieron en evidencia las carencias de una escuadra cuya defensa demostró una y otra vez su lentitud y su temblor de piernas. Errores de cobertura, falta de concentración y la ausencia de tensión a la hora de colocarse tácticamente son los síntomas de una enfermedad que tiene su causa en el banquillo y en la falta de nivel mostrada por algunos jugadores del plantel. Y eso que el Sevilla salió a por el partido. Y eso que Navas no dejaba de percutir por su flanco y de colgar balones. Y eso que Cigarini dejó buenos detalles a la hora de lanzar balones profundos. Y eso que Perotti se vaciaba en en la banda izquierda. Pero nada daba resultado. Sin ir más lejos, la mejor ocasión de la primera mitad, antes del 0-1, fue también de Matheus, que dejó en evidencia a Escudé en la carrera para fallar ante Palop cuando se preveía la tragedia. En el minuto 30, el mismo Palop, que ya había regalado un córner al rival en un error bastante tonto, rechazaba mal un disparo de Paulo César en la frontal para dejar sólo a Matheus, a quien nadie de la defensa siguió en su carrera hacia el gol. Al descanso, al Sevilla le hacían falta tres goles para pasar. Muchas cosas debían cambiar.
El problema fue que la puntilla llegó muy pronto. Lejos de buscar una revolución, Álvarez optó por lo mismo que en la primera mitad y le salió horrible. Otra contra de esta pesadilla que se llama Matheus volvió a retratar a Escudé y a Konko y Fazio, que no fueron capaces de impedir que Lima rematara sólo en el área pequeña el centro del primero. Ahí se acabó todo. Ni la cantada de Felipe en el gol de Luis Fabiano hacía prever la remontada épica. La entrada en el campo de José Carlos y de Renato dio más mordiente al equipo. Un tiro al larguero del onubense, un cabezazo de Kanouté, un paradón de Felipe a Navas, pero también alguna contra peligrosa de los lusos. Poco a poco el empuje y la fe se fueron diluyendo y la grada empezó evidenciar su malestar. Pero quedaba aún el esperpento del final. Navas empató a falta de diez minutos, el Sevilla se dejó marcar nada más sacar de centro y después encajó otro en un saque de córner. Al final, Kanouté marcó el 3-4, pero el enfado era monumental.
Un palo de los gordos. Del lema tan extendido de 'El sueño continúa' o el de 'Otro año igual', podemos pasar al de 'La pesadilla continúa'. El 20% del presupuesto a la basura. La Supercopa tirada y la humillación ante el Barcelona. Un equipo incapaz de derrotar a un rival más que discreto y muchas preguntas que responder. ¿Qué pasará con Álvarez? ¿Se quedará Luis Fabiano? ¿Es peor esta plantilla cada temporada que pasa? ¿Se ha invertido bien en los fichajes? Preguntas que habitan en el corazón del sevillismo, hoy al borde del infarto.