Paso atrás en Madrid
Álvaro Ramírez III MADRIDEl Sevilla de Emery ha dado un paso atrás este sábado en el Santiago Bernabéu. Y no solo por salir goleado, que también, sino por su actitud y por su ausencia de predisposición ante un partido que de por sí entraña siempre dificultades y complicaciones.
En el Santiago Bernabéu se suele caer. No hace falta ser avispado para comprobar que históricamente es un campo más que complicado y en el que ya no ganar, sino puntuar, es algo más que difícil. Pero aún así hay formas y formas de caer. Y a este Sevilla, al de Emery, se le había presupuesto otra forma, se la había presupuesto otra actitud, otra resistencia.
Sevilla FC: Beto; Coke, Fazio, Spahic, Navarro; Medel (Alberto Moreno, m. 70), Maduro, Kondogbia (Javi Hervás, m. 78); Navas, Reyes (Manu, m. 70) y Negredo.
En el Santiago Bernabéu no la tuvo. Es cierto que hasta el momento se le han visto más virtudes que defectos a este equipo nervionense desde la llegada del vasco, pero ante el Real Madrid afloraron los defectos de forma más flagrante, evidentemente porque la entidad del rival los explota mucho más. Pero se le notó al equipo hispalense cierta falta de intensidad, fue evidente su falta de competitividad ante el panorama que se le presentaba. Y sin la gasolina de la intensidad, de la concentración, este Sevilla es mediocre, maleable, este Sevilla es poca cosa. Da igual que tenga tres centrocampistas, cuatro, cinco, dos o quince, da igual que tenga trivote o doble pivote, el caso que sin ciertas dosis de pelea este equipo es tremendamente vulgar y no ya el Madrid, ni siquiera un Madrid a medio gas, cualquier equipo es capaz de superarlo.
En resumidas cuentas, el Sevilla no compitió. Pero no compitió, y esto sigue siendo síntoma grave, por carencias propias más que por virtudes del rival.
Por eso, cuando el Real Madrid se pone por delante en una jugada mal defendida y en una genialidad de Cristiano Ronaldo, el encuentro se presume decidido, al menos con el Sevilla de este sábado, poco competitivo y poco luchador, poco creyente en sus posibilidades.
Porque al Sevilla, en lo poco que hizo tras el 2-0 en contra, le faltó fe. Nunca de verdad confió en su trabajo, ni en sus presupuestos de anteriores partidos. Perdió sus fundamentos antes de pisar el Bernabéu. La presión, las líneas juntas, la intensidad, la incomodidad del rival... Todo lo contrario vivió el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Más sangrante aún fue la situación cuando era evidente que el equipo de Mourinho pensaba desde los inicios del encuentro más en el Manchester United que en el Sevilla.
El inicio de la segunda parte, con Fazio como colaborador ineludible, confirmó todas las directrices que el encuentro había adoptado desde el primer minuto. El partido se fue por el garete y el Sevilla de Emery dio un paso atras en su evolución no ya por su derrota, hasta cierto punto comprensible, sino por la forma de caer en el Bernabéu.
Quede constancia, al menos, de la personalidad de Navas en un encuentro perdido mucho antes del minuto 90 y en el que, al menos, dio la cara como jugador de quilates que es.