El Sevilla paga caro su día tonto

Álvaro Ramírez IIIEl Sevilla ha roto su racha de seis victorias consecutivas en Vigo. El conjunto nervionense tuvo un mal día en Balaídos. No anduvo brillante, no estuvo efectivo, no anduvo acertado y además no tuvo suerte con el colegiado, que anuló una jugada que acabó en gol de Gameiro en la primera mitad y pitó un discutible penalti a falta de cuatro minutos para el final del encuentro. Y perdió, claro. Porque además el equipo de Emery estuvo plomizo, como el manejo del mismo. No, fue, en definitiva, el día del Sevilla, en ningún aspecto, y ni siquiera pudo sacar un punto, quizás lo más justo en el choque.

Nunca se soltó el Sevilla, nunca hizo su fútbol ni se encontró cómodo en el campo, aunque aún así tuvo oportunidades de sobra para ponerse por delante en el marcador, sobre todo de Gameiro, fallón este sábado. Tuvo poco fútbol y acabó además algo cansado ante un Celta que puso más corazón para ganar el duelo. Más cansado, menos efectivo y poco afortunado. Esas fueron las claves de una derrota que frena el fulgurante ascenso de este equipo en las últimas jornadas y que ahora debe centrarse en preparar la importante cita de Oporto.

El Sevilla comenzó el partido plomizo, pesado, apelmazado, sin chispa. En ataque sus jugadores tardaron en carburar y entrar en el partido, y eso, unido a que el Celta salió animoso, alegre, atrevido, propició un primer cuarto de hora de claro dominio celtiña, con una abrumadora posesión de la pelota (72%-28% en los primeros 20 minutos), con aproximaciones al área constantes pero en realidad sin demasiados apuros para Varas.  
Al Sevilla le faltaba precisión en algunos jugadores como Rakitic, Vitolo o Trochowski que además devolvían la pelota muy rápidamente. La salida de la pelota no era buena y además tardó el conjunto nervionense en darse cuenta de que algún delantero o algún jugador de banda (Trochowski o Vitolo) debía y podía echar una mano atrás, sobre todo cuando los pivotes locales conducían con comodidad hasta la frontal.
Pero lo cierto es que con los minutos algunos errores se fueron subsanando. Se fueron corrigiendo y el equipo mejoró. Tuvo más la pelota y empezó a robar algunas pelotas que acabaron en ocasiones sevillistas. Es más, sin hacer un fútbol brillante tuvo ocasiones claras, una en la que el árbitro señaló un inexistente fuera de juego de Gameiro y otra en la que el francés erró una oportunidad clamorosa solo ante Yoel en una gran acción de Bacca.
El Celta solo llegaba ya cuando perdían la pelota los sevillistas y, aunque sin fútbol, con Rakitic algo perdido y Trochowski y Vitolo muy irregulares, los de Emery empezaron a templar el encuentro.
Pero la segunda parte volvió a invertir el sentido del partido. Sobre todo porque el Celta puso más en el césped, más pasión, más corazón, más ganas. No más ocasiones, ni más oportunidades, que esas las siguió teniendo el Sevilla más claras. Pero lo cierto es que Gameiro no tuvo su día y falló cuando se encontraba cerca del área, ya fuera para rematar o para asistir a los compañeros en ataque. Lo cierto es que conforme avanzaba el encuentro y las ocasiones no se materializaban el Celta fue creciendo, ayudado por un mayor cansancio y una mayor pesadez del conjunto hispalense. Empezaron los gallegos a meter más y más gente arriba, los de rojo difícilmente encontraban salida a la pelota con Rakitic muy desaparecido, con los jugadores cansados y los cambios tardíos del entrenador. Así, los celtiñas encerraron a los nervionenses y el partido se desarrolló la mayor parte de los últimos minutos en las cercanías y en el área de Javi Varas. Jugándose tanto por esos lares, al final llegó la ocasión, en este caso propiciada entre Fazio y Martínez Munuera. El argentino tocó la pelota con la mano tras un forcejeo con Bermejo y el colegiado señaló pena máxima. No entendió que Bermejo hiciera falta y solo vio la mano del central sevillista. Nolito lo marcó y castigó en exceso a un Sevilla que tuvo una tarde floja, en la que erró ocasiones claras y acabó pagándolo, en la que anduvo cansado y lo notó, y en la que el árbitro además se puso en contra, no ya por el discutido penalti solo, sino por la jugada anulada a Gameiro en la primera mitad, que acabó en gol.
Derrota que corta la racha de seis victorias consecutivas y estanca al equipo hispalense en las posiciones europeas a falta del resultado de los contrincantes.