Victoria de las que alimentan la Champions

El Sevilla ha sacado adelante un complicado partido en Vallecas y retoma de nuevo su buena senda en la Liga, sumando 29 puntos e instalándose en la zona de la Liga de Campeones ya con continuidad. El partido del equipo nervionense no fue brillante, la segunda parte de hecho fue mala, pero casi llega a ser una buena noticia que el Sevilla tenga recursos para superar citas como la de esta matinal en Madrid. Con defensa, con el equipo en modo 'oficio' y con una actitud muy competitiva, sumó tres puntos muy valiosos, de esos que a lo largo de una temporada te instalan de verdad en la zona alta. Por lo pronto, muy alto es ser cuarto, a tan solo tres puntos, por ejemplo, del Atlético de Madrid. 
El Sevilla intentó plantear el partido de forma muy práctica desde el inicio, y con los conceptos muy claros. Por una parte, salió con la presión muy arriba, intentando castigar el exceso de confianza a la hora de sacar la pelota del Rayo, y casi lo hace Reyes nada más arrancar la cita. Por otra, el conjunto de Emery pretendió jugar mucho el partido en campo contrario y no exponerse a pérdidas en campo propio. Para lograrlo, prescindía el Sevilla en muchas ocasiones del toque. Por ello Pareja se convirtió en uno de los distribuidores principales del encuentro, sobre todo con balones largos. Y con esa fórmula el equipo nervionense se enganchó al partido, con mucha intensidad además, y con el marcador a favor muy pronto, porque precisamente en un balón largo de Pareja, y en una falta de atención flagrante entre Amaya y Álvarez, Carlos Bacca se coló entre ambos para robar la pelota, sortear con la cabeza al meta y marcar a placer el primer tanto.
El Sevilla, con un buen inicio, consiguió adelantarse en el marcador y reafirmar su buena preparación del partido. Corría el minuto 15, ya estaba por delante y a partir de ahí el equipo hispalense intentó llevar el partido por los derroteros que más les convenían. Cierto que con los minutos bajó su intensidad en la presión, y que el Rayo Vallecano empezó a pisar más el área de Beto, sobre todo gracias a acciones a balón parado. Pero se mantuvo muy serio y firme e incluso pudo aumentar su cuenta en un mano a mano de Vitolo, que controló mejor que remató. 
Diferente fue la película a partir de la segunda parte, pues el Sevilla perdió prácticamente todo su presencia ofensiva, se radicalizó en exceso en las defensivas y empezó a sufrir bastante atrás. A ellos se sumaron bajones en rendimientos individuales. El centro del campo estuvo poco preciso, los laterales, sobre todo Diogo, facilitaron las penetraciones del conjunto local y ni Reyes ni Vitolo daban soluciones para la salida de la pelota. El canario, además, falló la ocasión que pudo sentenciar el encuentro, tras una gran combinación entre Bacca y Reyes. Paco Jémez, además, quiso extremar el duelo desde el inicio. Faltando más de media hora ya sacó un segundo delantero, Manucho, por lo que la solución de los madrileños comenzó a pasar por balones aéreos constantes al área. El partido se jugó entonces siempre en el campo sevillista, y no acertaron los de Emery a salir bien a la contra, por lo que el Rayo siguió muy cómodo en el encuentro. Sufrió bastante el Sevilla, porque además vivió los últimos minutos con uno menos por la expulsión de Carriço y ocasiones tuvo el Rayo para empatar.
Pero se defendió con oficio el Sevilla, sacó adelante el choque y se coloca con 29 puntos en una posición ideal para encarar la recta final del año.