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Año nuevo, frustaciones viejas
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Granada CF
2-1
Sevilla FC

Año nuevo, frustaciones viejas

DMQ
Foto autor
Álvaro Ramírez
Vitolo, Reyes y Krychowiak, tras el 2-1 en Granada.
Vitolo, Reyes y Krychowiak, tras el 2-1 en Granada.

Para este Sevilla da igual el año en que vivir. Lo que le resulta trascendental es si vive en casa o fuera de ella. Bien le valdría al club revestir cada estadio del mosaico de preferencia, recrear virtualmente los vestuarios del Ramón Sánchez Pizjuán o financiar el viaje a cada estadio de 30.000 sevillistas para que hicieran sentir a los suyos la misma presión y la misma exigencia que en casa, porque está visto que por sí mismo este Sevilla, este entrenador, Unai Emery, y estos futbolistas no dan rendimiento. En Granada protagonizó un encuentro nuevamente lamentable, sobre todo por una primera parte indignante que, a la postre, fue clave para el resultado final. El plan de Emery tuvo fugas a borbotones, las actuaciones individuales (Llorente, Rico, Gameiro, Rami) no mejoraron a su entrenador y la primera parte se le fue por al garete a un Sevilla que mucho hizo marcando al menos un gol. En la segunda, ya con Banega, reaccionó, y tuvo oportunidades de sobra para empatar e incluso ganar, pero entonces se topó con la futilidad de sus delanteros, en especial Gameiro, que erró varias ocasiones clarísimas que impidieron que su equipo rascara al menos un punto.
El Sevilla sigue frenado por cada partido fuera de casa. Un equipo que pretende alcanzar posiciones europeas, continentales, no puede gastar una vuelta sin victorias fuera, no puede desperdiciar, cada 15 días, una parte de cada encuentro que juega. No puede perdonar como perdonó en Los Cármenes y no puede tener actuaciones individuales tan desastrosas como las vistas en Granada.
La primera parte del Sevilla se quedó sin calificativos. O realmente, le sobraban. Esta última fórmula dará mejor cuenta y explicación de lo que se perpetró en el césped de Los Cármenes durante unos primeros 45 minutos que dejaron al equipo de Emery lastrado para el resto del partido. Salieron los nervionenses con dos delanteros, con un doble pivote realmente poco creativo y con una fisonomía de partido que hacía pensar más en el juego directo y de bandas que en cualquier obra combinativa. Fórmula legítima, como cualquier otra, era para ganar, pero claro, es que el Sevilla no es que recurriera a un guion o a otro, es que directamente se quedó sin plan. Y era más preocupante por cuanto el Sevilla se quedó sin rumbo no ya con los goles en contra, sino desde que empezó el partido.
El once de Emery, con Gameiro y Llorente arriba, se suponía que podría darle alguna ventaja en el juego directo, en el juego por banda, en el que el francés debía encargarse de sumar superioridades. Pero lo cierto es que ni Llorente estuvo bien en el juego por alto, salvo en el balón del 2-1 a Gameiro, ni los futbolistas de banda aportaron lo que debieran en sus incorporaciones. A esta falta de acierto se le sumó la presumible la falta de referencia en el centro del campo, donde Iborra ni apareció y Krychowiak anduvo muy errático. Debe entender Emery que el Sevilla, a día de hoy, no tiene fútbol, o al menos no el fútbol que necesita, sin el argentino. O se inventa una fórmula el técnico, o debe ser consciente que sin Banega no hay fútbol, y nadie coge su testigo cuando este falta o está en el banquillo. El caso es que el Sevilla no encontró la pelota en ningún momento, no en situaciones de peligro, y empezó a perder balones y más balones, a rifarlos, a tenerlo en propio campo... un paraíso para el Granada de Sandoval, que seguramente había planeado eso en la pizarra. Lo peor para el Sevilla es que el mérito de los granadinos en ese panorama era menos que el demérito sevillista. Pero el resultado era el mismo. El Granada tenía el partido que quería. Robaba casi sin querer y salía a la contra con velocidad, aprovechando, para más inri, el poco retorno de los futbolistas del Sevilla (los dos delanteros y los dos de banda). A eso le puso algo de intensidad, refulgente en contraste con la casi indolente actitud de los de Emery. Y para sumar más defectos que hicieran crecer a los nazaríes, apareció Sergio Rico. En una de esas galopadas locales, de las muchas que tuvieron los granadinos, un disparo lejano lo rechazó el meta internacional inocentemente para que Succes aprovechara el regalo. Mal posicionado, mal vencido y mal parada la pelota, las causas del error. Y no se quedaba ahí el horror de la actuación sevillista. A todo ello se sumó una defensa débil, como Rami ante Peñaranda en el 2-0. En lo que el francés se decidía a seguir al joven delantero este se metió en el área y superó a todos para hacer el segundo.
Tan mal lo estaba haciendo el Sevilla que la única esperanza era casi que la cosa solo podría ir a mejor. Algo de eso hubo, aunque tampoco puede calificarse como mejoría. Lo cierto es que en los últimos cinco minutos se fue más arriba el Sevilla, empezó a tener la pelota algo en campo contrario y colgó dos o tres pelotas con peligro (solo había llegado antes en la única jugada trenzada en un remate de Reyes). Fruto de uno de esos balones, Llorente peinó, Gameiro remató y Vitolo recogió el rechace para meter la pelota no se sabe muy bien cómo, entre el abdomen y un remate dentro de la portería que certificó el gol sevillista que alimentó esperanzas para la segunda parte.
Emery tomó cartas en el asunto desde el principio y sacó de inmediato al campo a Banega, para buscar fútbol, y a Cristóforo, para intentar dotar al equipo de la intensidad que le había faltado, sobre todo a la hora de la resta y a la hora de frenar las contras granadinas. Sería casualidad, serían los ánimos sevillistas o el espíritu que insuflaba Banega en el campo, pero el caso es que en apenas unos minutos de la segunda parte, el Sevilla ya había creado un par de ocasiones de peligro. Un remate de Reyes a bocajarro que sacó Andrés y otro de Gameiro que acabó en las mallas precedido de un pase de Mariano, pero en fuera de juego.
Aunque el Granada tuvo arranques, sobre todo a través de Sucess, en los que volvió a inquietar el Sevilla (la grada local reclamó una expulsión en un agarrón de Rami que evitaba que el delantero del Granada se quedara solo ante Rico), lo cierto es que el equipo de Emery sí mejoró en la segunda parte. Y las ocasiones llegaron. Con Banega ya tenía control del balón en campo contrario, y eso a su vez habilitaba las llegadas por bandas de Escudero y Mariano. El Sevilla articulaba poco a poco su juego ofensivo. Tampoco es que desarbolara al rival, pero ya manejaba argumentos al menos para empatar. Reyes, Gameiro en un par de ocasiones... Empezó a merecer por méritos propios el gol el equipo de Emery que acabó por jugársela sacando a Konoplyanka por un Mariano que bien puso ser expulsado. Vitolo pasó al lateral derecho y el ucraniano a su puesto habitual.
El Sevilla siguió atacando y además con continuidad. Y siguió teniendo ocasiones. Gameiro, nefasto toda la tarde de cara a portería, volvió a fallar una solo ante Andrés tras un majestuoso pase de Banega. Los últimos minutos, con diez por la muy debatible expulsión de Rami, fueron un quiero y no puedo sevillista, ya sin menos precisión y ya sin un más desapercibido Banega.  
El conjunto de Emery agotó el encuentro con el agobio y la necesidad que no pareció tener durante 45 minutos. Y perdiendo una parte y remando siempre a contracorriente es casi imposible hacer lo que no sabe hacer el Sevilla, ganar fuera de casa. Así, de hecho, todo objetivo se convierte en imposible. Y un imposible parece para este equipo ganar fuera de casa.

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  1. eladio

    .os dais cuenta como las grecas de sevilla entran aqui despues de ser goleado por el eibar,jijijiji,que graciosa son estas grecas.

  2. heliópolis

    Qué mosqueo del eladio este. que pena de individuo,vá a reventar....jajajajaja

  3. TONGO

    Las viejas servilletas no son capaces de ganar ni al penúltimo fuera jajajaja. Que gran regalo de reyes nos vamos a llevar el miércoles cuando le endozemos una manita a las viejas y los echemos de la copa

  4. Lolo

    Emery vete ya. Pon tu cargo a disposición como ha hecho el del Betis. Que no vales para nada con la plantilla que tienes. Valiente entrenador. Y al no jugar al fútbol nada de nada le llama intensidad...tequieiiii

  5. eladio

    . a mi los inventos del sinvergunza este de emeri nunca me fue,el inutil me pone a reyes y escudero jugando fuera ,cundo todo el sevillismo sabe que estos dos no valen para jugar fuera,despues los cambios tarde,ve el muy hijo de p, que el equipo va perdiendo y siguen pasando los minutos y no hace el cambio el muy c@br....otra ver metedura de pata en defensa,y como le roban el balon por detras el contrario,vallase ya mal tecnico.

  6. Mjdg

    Cuando un entrenador quiere ser el protagonista, sólo puede pasar lo que ha pasado, derrota y ridículo espantoso. Emery no se va a ir, por favor que alguien lo eche. Y a Monchi que le den....

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