Otro Scotta en el Pizjuán, el nieto del cañonero
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Valentino Fattore Scotta, de 18 años, ha sido convocado por el entrenador del Sevilla FC, Joaquín Caparrós, para el partido de este viernes ante el Schalke 04 alemán y podría pisar el césped del Ramón Sanchez Pizjuán casi cuarenta años después que su abuelo, el cañonero argentino Héctor Horacio 'El Gringo' Scotta.
Fue un 27 de abril de 1980 cuando Scotta vistió por última vez la camiseta del Sevilla y ahora es su nieto, un prometedor lateral derecho del equipo juvenil sevillista, quien puede hacerlo por vez primera en el Trofeo Antonio Puerta, para el que ha sido elegido por Caparrós y de lo que su abuelo se ha mostrado orgulloso.
"Soy muy honesto. Su primer apellido es Fattore y el segundo Scotta. Es un regalo para un chico que ha hecho muchos sacrificios para llegar a donde ha llegado, sin olvidar que todavía no ha llegado. Le gusta el fútbol, estudia, se cuida... Es un regalo", ha comentado el orgulloso abuelo desde Buenos Aires, donde vive.
Héctor Horacio Scotta (1950) jugó 101 partidos con el Sevilla desde que llegó en 1976 y en ellos se hizo ídolo de la afición del Sánchez Pizjuán hasta que se marchó en 1980 tras marcar 53 goles y dejar una impronta a la hora de anotarlos que hacía que el estadio los presagiara y casi anunciara con el cántico de 'pss, pss, que viene, que viene'.
El abuelo de la actual promesa sevillista, aunque limitado en sus recursos técnicos, sí fue poseedor de uno de los disparos más terroríficos de la historia del fútbol, de lo que pueden dar fe en sus carnes y cabezas algunas de sus 'víctimas', como el segundo de los Rojo de Bilbao, José Ángel, y el centrocampista internacional del Barcelona Juan Manuel Asensi: a ambos los dejó groguis.
Scotta formó una de las parejas más recordadas por el sevillismo ya cincuentón junto a Daniel Ricardo Bertoni, quien llegó a Sevilla tras ganar el Campeonato del Mundo con Argentina en su país en 1978, y que lo abandonó rumbo al Fiorentina en 1980, el mismo año en el que el cañonero hizo lo propio hacia el Ferro: la temporada anterior a su marcha, marcaron dieciséis goles cada uno.
La vinculación de los dos delanteros argentinos con Sevilla es tal que la hija de Scotta y madre de Valentino Fattore, Cinthia, se quedó a vivir en la ciudad, que una de las de Bertoni lleva el nombre de Macarena y que ambos encargaron al imaginero Luis Álvarez Duarte que esculpiera el Cristo de los Futbolistas que se venera en la Catedral de Buenos Aires desde 1981.
En vísperas de que su nieto pueda vestir su misma camiseta en Nervión, el 'Gringo' dijo sentirse "muy orgulloso" de que lo haga con una zamarra que, según señaló, pasea "por todo Buenos Aires".
"Que esté tranquilo porque conoce el camino a seguir. Ojalá debute y tenga la oportunidad de demostrar todo lo que sabe. Se merece esta oportunidad, toda la familia esta muy contenta. Juegue o no, ya es una satisfacción enorme estar convocado", concluyó Scotta abuelo.