Un líder viene a verte...

Teman los 16 equipos restantes de LaLiga, las 16 aficiones y los 16 estadios que les quedan por visitar al Sevilla, porque de momento el equipo de Julen Lopetegui es la mayor personificación de un visitante incómodo, de un rival correoso, de un equipo que te mira a la cara, te desafía y, por el momento, saquea la casa ajena. El Sevilla ha arrancado los tres puntos de Mendizorroza en un partido duro, agresivo, complicado, en el que en términos generales fue bastante superior al Alavés, aunque sufriera en los instantes finales.

El futuro será lo que será y traerá lo que traiga, pero a día de hoy el Sevilla es un equipo muy intenso, muy concentrado, defensivamente muy fuerte y con poca pegada. Pero a día de hoy, sobre todo fuera de casa, es suficiente, aunque sufra, aunque los resultados lleguen a ser cortos, pero valen igual, tres puntos. Y tres veces tres son pleno de victorias a domicilio y liderato, porque el equipo hispalense es líder sólido.

La primera parte del Sevilla, la primera media hora sobre todo, volvió a ser de mucha categoría, de mucho fútbol, de mucha presión, intensidad, concentración, de mucha superioridad en definitiva. Ocampos, Navas, Reguilón, Jordán, Banega, Fernando, Torres... forjaron una red de combinación y presión que atrapó al Alavés arriba y abajo, lo ahogó, lo forzó. El conjunto nervionense recuperaba pronto, en campo contrario, jugaba rápido, muy vertical, y era muy profundo. Realmente lo hacía prácticamente todo bien el Sevilla, porque luego Carriço y Diego Carlos cortaban cualquier intento de avance o balón largo. Casi todo bien, menos el remate. El buen juego del equipo de Lopetegui se tradujo en varias ocasiones y aproximaciones en el área, también en algún que otro posible penalti a Ocampos, al menos para alimentar la polémica, pero en pocas ocasiones claras. De Jong, bien de espaldas y por arriba, parecía desaparecer cuando la pelota llegaba al área, salvo un par de remates aislados. Por eso el Sevilla casi provocaba ansiedad, porque jugaba, era tremendamente superior, pero el marcador no lo traducía de forma adecuada, hasta que llegó Jordán.

Una falta a Reguilón en la frontal, en una de sus innumerables subidas, permitió a Joan Jordán exhibirse con un espectacular golpeo de falta que puso por delante al Sevilla. Era premio más que justo a la superioridad del Sevilla, que era mejor que el correoso Alavés en todas las facetas, del juego, en todas.

El ritmo infernal, frenético, que impone el Sevilla suele superar de inicio a todos los rivales, por lo visto hasta ahora esta temporada, también tiene una consecuencia lógica. Un descenso del mismo en la segunda mitad, con el avance de los minutos. Los jugadores nervionenses fueron bajando la intensidad y la altura de la presión y fueron dando aire al Alavés, al menos en la salida de la pelota, lo que igualó los tiempos, dio posesión a los vascos y les permitió acercarse algo más a Vaclik, al que ni habían visto la cara hasta entonces.

Debuta Chicharito por De Jong

Pero en ese nuevo modo de partido en el que el Sevilla no era arrollador también encontró una nueva variante positiva el plan de Lopetegui, porque empezó a encontrar espacios, aunque no los aprovechó. Quizás tardaron algo los cambios enfocado a sacar partido de las contras. Entró Gudelj por Jordán para controlar la medular y luego Chicharito por De Jong, pues el holandés, cuando el campo se hizo más largo, ya ni olía la pelota.

Lo cierto es que el Sevilla pudo matar el partido antes, tuvo contras, disparos al palo, superioridades arriba, pero no llegó a pegar, no llegó a sentenciar, y sufrió en los minutos finales, en los instantes finales, en los que pudo ver cómo se le escapaban puntos en un cabezazo de Manu García o incluso antes en un penalti a Aliex Vidal que Hernández Hernández no sancionó como tampoco hizo en la primera mitad con los de Ocampos.

Sufriendo, pero ganando, el Sevilla se llevó el tres de tres fuera y sigue creciendo. En Vitoria ya no fueron 20 minutos buenos de fútbol, ya fueron 40. Siguen faltando goles, eficacia, y algo más arriba, pero la solidez del equipo, por ahora, da para ganar y liderar LaLiga Santander. No debe ser poca cosa.

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