Sampaoli pide goles, En-Nesyri le da otra ronda

Los goles borran las dudas, los goles borran las malas caras, las preocupaciones y hasta el mal tiempo. Sampaoli los pide y En Nesyri, anotando tres de los cinco del Sevilla FC ante el Linares (0-5), le regala otra ronda en la Copa del Rey.

Criterio. Capacidad. Acierto. Organización. El Sevilla mostró en el primer cuarto de hora de encuentro ante el Linares todo lo que necesita para tener opciones de sumar de tres ante un rival de su categoría, pero todo lo bueno duró eso, un cuarto de hora.

Tras un inicio esperanzador, Mateu Lahoz expulsó a Sampaoli -toca esperar al acta para conocer la conversación entre ambos- y el Sevilla, como es habitual, empezó a desaparecer.

Apático. Lento. Nervioso. Impreciso. No sabemos si fueron los cánticos de los presentes (A Segunda, cantaban), pero el segundo cuarto de hora fue todo lo que el Sevilla ha sido esta temporada: un flan falto de intensidad, de ideas y de acierto, no solo de cara a portería, sino -más preocupante- presionando a un rival muy, muy, muy inferior -por recursos- y creando ante el mismo. El run run que se creó con la roja a Sampaoli iba creciendo.

Por suerte para los de rojo, entre Acuña (asistente), Lamela (asistente) y En Nesyri (dos goles), los mejores de la primera mitad, pudieron aprovechar dos graves errores, primero del portero del Linares y después de uno de sus defensas, para poner el 0-2 en el marcador, silenciar los cánticos y tranquilizar los corazones de sus seguidores. El partido cambió por completo.

El paso por los vestuarios sirvió para coger oxígeno, para mirarse la camiseta y entender que estos jugadores tienen muchísima más capacidad de la que han mostrado hasta ahora.

Con algún susto, el Sevilla empezó al segunda mitad con las ideas claras, con soltura, con movimientos y buen trato de balón. Fue ganando terreno y antes de la hora de juego, tras otro error defensivo del Linares, puso el 0-3 en el marcador.

De ahí al final, la historia era clara: el Linares no quería perderle la cara al partido y el Sevilla, a través del balón, quería recuperar sensaciones y confianza de cara a todo lo importante que llega en enero. Llegó el cuarto, de Lamela, llegó el quinto, el hat-trick de En Nesyri, y posiblemente pudo llegar alguno más, pero por suerte para los aficionados locales, la sangría quedó ahí.

El Sevilla estará en el bombo de octavos, a pesar de que existía cierto temor sobre una posible eliminación, tras demostrar -aunque ante un rival de categoría inferior- que no se le ha olvidado marcar ni jugar bien (que no bonito) al fútbol.

Sampaoli pide goles, En Nesyri le da tres y una nueva ronda en la Copa del Rey, que es más importante.