Saúl Ñíguez y el Himno del Centenario del Sevilla, una relación larga: "Mi madre me lo ponía cuando íbamos al instituto"

Saúl Ñíguez sabía perfectamente a dónde venía cuando decidió el pasado verano que sólo quería jugar en el Sevilla FC. El futbolista lo ha dicho por activa y por pasiva, también en la entrevista en exclusiva que ha concedido a ElDesmarque, y además desde el primer día se le notó que algo de la sangre sevillista le corría por las venas, pese a su reconocida afinidad con el Atlético de Madrid y con el Elche CF, el equipo de su ciudad natal.

El centrocampista ilicitano debutó con la camiseta blanquirroja en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán de manera oficial en la jornada 2, en un partido ante el Villarreal CF que fue de los mejores que ha jugado hasta el momento como sevillista, pero antes ya había saltado al césped como local en la disputa del Trofeo Antonio Puerta, en un partido amistoso que jugó a finales de julio contra el Al-Ittihad de Arabia Saudí.

Entonces, Saúl dejó una imagen curiosa, ya que saltó al césped del estadio de Nervión mientras cantaba el Himno del Centenario del Sevilla. En sus palabras a este medio, ha explicado que su relación con la pieza de El Arrebato, santo y seña musical del sevillismo, viene de lejos, y además tiene un significado especial. “A mi madre le gustaba mucho el himno del Sevilla cuando salió. Me la ponía en el coche desde pequeñito, porque le gustaba, la ponía mientras que me llevaba al instituto y me la sabía desde pequeño. Vamos, lo tenía en el móvil mi madre también cuando le llamaban”, indicaba el que hoy es uno de los capitanes del Sevilla.

La familia Ñíguez y el Himno del Centenario

Así las cosas, también Javier Labandón conquistó a la familia Ñíguez con su evangelio sonoro del sevillismo. “Es una canción que es muy pegadiza, que a mi madre le encantaba y me la ponía desde pequeño y por eso me la sé desde bien pequeñito”, concluye el jugador ilicitano, un apasionado de los himnos al que también se le pudo ver canturreando el del Atlético de Madrid en la visita del Sevilla al Metropolitano el pasado mes de diciembre.

Antes de ser jugador del Sevilla, hasta en once ocasiones visitó el Sánchez-Pizjuán, una con el Rayo Vallecano y el resto como jugador colchonero. Once previas de partido en las que tuvo tiempo de, seguro, cantarlo mentalmente mientras lo escuchaba rodeado de la magia del Sánchez-Pizjuán, un estadio especial en su carrera, ya que fue donde debutó en la élite, a los 18 años, con el Atlético de Madrid.