La alegría de Antonio Cordón en el Sevilla FC: “Qué buenos son los Padres Salesianos”

-
El director deportivo aseguró haberse "divertido mucho" en el Mercado de Fichajes
-
Una complicada y última opción para que Antonio Cordón pueda reforzar al Sevilla
Sevillistas, canten con él: “Qué buenos son los Padres Salesianos, qué buenos son que nos llevan de excursión”. Como si viajara en un autobús repleto de colegiales camino de un campamento, Antonio Cordón eligió abogar por “la alegría” justo minutos después de cerrar uno de los mercados de fichajes más paupérrimos en lo deportivo de la historia del Sevilla FC, en el que dijo haberse “divertido mucho”. Como si viniera de Júpiter, como si no hubiera estado varios años trabajando ya en la capital hispalense, como si cobrara lo que cobra por crear buen ambiente…el director deportivo se marchó de vacaciones evidenciando la misma empatía que un arriate con el sentir del sevillismo y, sobre todo (por ser lo más delicado), no tener ni idea de dónde tiene los pies.
¿Está mal trabajar con alegría? Nooooo. Al contrario, está de lujo. Yo al menos lo intento todos los días. ¿Hay que hablar de la alegría y mostrarla en un tanatorio? Bueno, eso ya es más discutible. Lo mismo que lo es que el máximo responsable de lo futbolístico en un club inmerso en una crisis demoniaca decida promulgar el objetivo de “estar alegres” entre una feligresía en estado de honda depresión. A día de hoy, bastante tiene el sevillista con no tirarse de un puente como para digerir milongas más propias de una comunidad hippie o de un retiro religioso.
"Quédate ahí, Antonio, miarma"
Y lo más sangrante es que no hacía falta para nada hablar de felicidad, de alegría y de lo importante que resulta el sentir de todos los trabajadores para que entre la pelota. Sobraba con comparecer, una jartá de serio y sin mover un músculo, y aferrarse a lo único que cabía transmitir a una de las aficiones más exigentes y fieles del planeta: “Hemos ahorrado ochenta millones y tenemos en el banquillo a un señor que cuando menos se parece a un entrenador”. Con la ruina económica que asola al Sevilla y el panorama deportivo que de ello deviene, esas por sí solas constituyen dos magníficas noticias. Quédate ahí, Antonio; miarma…

Tarde y casi de milagro, pero has logrado lo más importante de tu encomienda. Y todo hace indicar que has acertado en lo primordial de tu tarea deportiva (el jefe del barco), algo no tan fácil si se tienen en cuenta los antecedentes de las dos últimas temporadas y el dinero con el que contabas. Todo lo demás supuso ahondar con un soplete en la herida de una afición con el corazón en carne viva. A quien le quitaron el caviar para darle puerros y apio no se le puede decir que “el cocinero se está divirtiendo mucho en los fogones”.
Los sevillistas no son tontos
Los sevillistas no tienen un pelo de tontos y sí tienen los pies en su suelo. Como director deportivo de la más absoluta austeridad, les puedes pedir que se traguen más años de contrato de determinadas perlas de una herencia diabólica; que confíen en tu olfato para ser pacientes con Mendy o Cardoso; incluso que no desconfíen del carnet de identidad de Azpilicueta o Alexis. Lo que no les puedes pedir es que canten con regocijo y primor, porque entonces sienten que te estás quedando con ellos y eso, quieras que no, molesta.
El balón será quien ponga en su lugar esta planificación incierta aunque acorde a la realidad. No la alegría, ni los buenos propósitos ni la meditación o el yoga. Don Bosco, el Santo de la Alegría, la utilizó como herramienta pedagógica para inspirar a millones de chavales salesianos. Pero no era director deportivo de un club de Sevilla. En tanto Don Antonio se entera, sevillistas, “que Dios y el Pelao os cojan confesaos”.
Por favor que alguien me devuelva los 4 minutos de mi vida perdidos leyendo esta pamplina...
Vaya articulo absurdo