La afición reconoce el cambio
En el momento en el que el árbitro señalaba el final del encuentro y el Sporting de Gijón sumaba su segundo empate como local, ante una SD Huesca que se mostró por momentos superior a los locales, el público, presente una vez más en número mayor a los 20.000 mil espectadores, despidió al equipo con dudas, aunque reconoció la mejoría respecto a recientes encuentros en El Molinón.
Aunque esa mejoría en el fútbol desplegado por el equipo se vio algo empeñada por los últimos minutos de dominio visitante y el Molinón así lo hizo saber a sus futbolistas, con una despedida tibia, lejos de los aplausos mayoritarios de otras tardes, aunque también alejada de los pitos que se dejaron escuchar no hace muchas jornadas.
El Sporting sumó un nuevo punto pero dejó algunas dudas. Los pupilos de Paco Herrera han conseguido un punto empañado por una jugada evitable que termina en un penalti discutido y en el que el rival, se mostró más fresco en los últimos compases del encuentro y de no ser por las oportunas intervenciones de Diego Mariño, podía haber perforado la meta del conjunto gijonés y llevarse mayor premio a su buen fútbol.
Tampoco contribuyeron a cambiar esa sensación los cambios introducidos por el técnico, los hombres que entraron de refresco, todos de perfil atacante, que no consiguieron mejorar las prestaciones del equipo, lo que fue un factor a sumar en la agridulce sensación final de con la que el público recibió el final del encuentro.
