Un repaso al 2020 del Sporting: el año que el sportinguismo recuperó la ilusión
El 2020 ya ha concluido en lo futbolístico para el Sporting de Gijón con el mal sabor de boca que le dejó la polémica última acción ante el CD Leganés. Por eso, es momento de repasar todo lo que ha ocurrido durante el año en El Molinón.
Djukic trajo la salvación
El nuevo año trajo el debut de Miroslav Djukic en el banquillo tras la destitución de José Alberto. Un movimiento que no creó mucha ilusión a priori, porque estaba entrenando en su país y un poco lejos de esa "rueda" de entrenadores de la que tanto se habla, pero poco a poco fue enlazando resultados positivos que le permitieron tomar aire y evitar que el descenso a la Segunda B fuera una posibilidad.
Al final de la temporada 2019/2020 que, por razones obvias, quedará en nuestras retinas, el Real Sporting concluyó en 13ª posición y 54 puntos. Una salvación no tan holgada como se podía pensar, pero que en las últimas jornadas permitió a la afición soñar con el playoff, aunque más como una quimera que como una posibilidad real.
Por fin un extremo que encara
En el mercado invernal, Djukic pudo conseguir uno de los anhelos de los aficionados del club. Un deseo que incluso se materializó en una junta de accionistas por parte de un aficionado: un extremo rápido y con desborde.
Su nombre, Murilo da Silva. El brasileño dejó muy buen sabor de boca en su breve estancia en Gijón (dos goles en 16 partidos), pero su inasumible cláusula de rescisión le impidió continuar una temporada más y acabó firmando por el Mallorca.
David 'Galleguismo'
Concluía la temporada, el Real Sporting realizó una profunda renovación en despachos, banquillo y plantilla. Javi Rico, hombre de la casa, sustituyó a Miguel Torrecilla en la dirección deportiva y para el banquillo hizo una apuesta arriesgada que no ha tardado en dar resultados: David Gallego, extécnico del Espanyol.
El entrenador catalán ha insuflado al equipo rojiblanco de una competitividad que recuerda a la de épocas mejores. Tras un arranque de liga fulgurante y casi utópico, el suflé ha bajado un poco tras las derrotas ante equipos más potentes como el RCD Espanyol, pero el equipo siempre ha mostrado una imagen muy buena y nunca le ha perdido la cara a los partidos.
Aunque parte de culpa en estos buenos resultados la tiene también un Uros Djurdjevic que está demostrando una efectividad de cara a puerta que pocas veces ha conseguido en su carrera.
Los guajes cogen las riendas
El fichaje de David Gallego como entrenador sportinguista venía avalado por la fama de buen formador que adquirió en el RCD Espanyol.
Ante la camada de jóvenes talentos que había en Mareo, era necesario un entrenador que apostase sin ambages por la cantera en las circunstancias económicas en las que se encontraba el Sporting: con la imposibilidad de hacer fichajes de campanillas por tener el tope salarial superado y con contratos largos heredados de la gestión de Miguel Torrecilla.
De la mano de Gallego han debutado Pablo García y Guille Rosas, dos laterales jovencísimos que, si nada se tuerce, tiene pinta de que harán carrera en El Molinón y que han rendido a un buen nivel en los minutos que han gozado.
Aunque ya debutaron anteriormente, Gaspar Campos y Pedro Díaz han dado un paso (o varios) en su carrera gracias a la confianza de su técnico. Campos ha demostrado ser un extremo con mucho atrevimiento y descaro al que no le importa tirar del carro y Pedro lleva la manija del equipo como un veterano.
A todos ellos les ayuda un Manu García que, pese a sus 22 años ya tiene la experiencia de un veterano tras sus pasos por Manchester City, Alavés y Toulouse y que ha encontrado en su casa, en Gijón, la oportunidad de brillar como futbolista.