El polémico Eibar-Sporting de 2004 y la versión de Rodado Rodríguez: "Tengo la conciencia muy tranquila"
Ipurua es un lugar de infausto recuerdo para muchos aficionados del Sporting de Gijón. Igual que los apellidos Rodado Rodríguez, el colegiado balear que el 23 de mayo de 2004 arbitró allí uno de los partidos más insólitos de la historia de LaLiga SmartBank.
Aquél partido es, todavía hoy, objeto de muchas discusiones y de alguna que otra teoría de la conspiración por parte de los sportinguistas. El equipo que por aquél entonces entrenaba Marcelino García Toral necesitaba ganar a un Eibar que no se jugaba nada para poder seguir soñando con el ascenso a la máxima categoría.
El colegiado señaló dos penaltis más que discutibles a favor de los armeros -que Gorka Brit convirtió- y muchos consideran que se le olvidó señalar tres a favor de los rojiblancos. Para más inri, el Sporting acabó el partido con ocho jugadores tras las expulsiones, prácticamente consecutivas, de Yago Alonso, David Bauzá y el argentino Cristian Díaz -esta última, una roja directa-. Además, expulsó también al propio Marcelino y al masajista Diego Lobelle, que todavía pertenece a la disciplina del Sporting. El empate a dos sobre la bocina gracias a un gol de Rubén fue uno de los menos celebrados de la historia posiblemente.
Rodado Rodríguez se defiende de las acusaciones del Sporting
En una entrevista a La Nueva España, el propio Rodado Rodríguez ha querido recordar aquél partido y defenderse de todos los que le reprochan su actuación en aquél partido.
"Tengo la conciencia muy tranquila. La puntuación del informador arbitral fue muy buena en aquél partido. En el deporte todos nos podemos equivocar, pero he vuelto a ver aquél partido y mantengo que lo hice bien", insiste.
Además, lanza una puyita a los muchos aficionados del Sporting que pudieron entrar a Ipurua aquél día con el beneplácito de abonados del club vasco. "Yo no soy un vendido. Vendidos son los aficionados del Eibar que le dieron sus carnés a los del Sporting. Eso sí que no se entiende", concluye.
Madre mía! Y no se le cae la cara de vergüenza!!! Qué falso, Rodado!!! Qué falso!!! Engordaste la cartera, pero por mucho que digas no te creemos, tu conciencia sigue lastrándote y lo hará toda tu vida, porque no está limpia.