10 años del prematuro adiós de Manolo Preciado
El 6 de junio es una fecha marcada en rojo para la afición del Sporting de Gijón. Este lunes se cumple una década del fallecimiento de Manolo Preciado. El técnico cántabro sufrió un infarto a expensas de que el Villarreal confirmara su fichaje. La noticia conmocionó al fútbol español que tuvo que despedirse del entrenador a sus 54 años de edad.
Su muerte se confirmó cuando todo estaba encarrilado para anunciar su incorporación con el submarino amarillo. El cántabro iba a ser presentado al día siguiente, algo que nunca pudo fraguarse tras su tragedia. Su forma de ser, su actitud, carisma y la pasión con la que realizaba su trabajo, hicieron que el técnico destacara en el Sporting de Gijón y en el fútbol español.
Un mito que cambió la historia del Sporting
El 22 de junio de 2006, Manolo Preciado se incorporó a las filas del club rojiblanco para cambiar su historia. Preciado llegó al Sporting con un mensaje: "Estoy harto de ver ascender a clubes como Nástic, Getafe o Numancia, ¿por qué no el Sporting algún día?"
Y así fue. Una etapa de seis años, 232 partidos y un ascenso a la máxima categoría del fútbol español. Su figura trascendió lo deportivo para convertirse en una leyenda de la entidad rojiblanca y de la propia ciudad de Gijón. La noticia de su fallecimiento caló hondo en club tras dejar una gran huella en el sportinguismo.
Tras seis temporadas dirigiendo el Sporting, Manolo Preciado firmó por el Villarreal previamente a la llegada del verano de 2012. Preciado decía adiós a su trayectoria como rojiblanco para comenzar una nueva etapa con el submarino amarillo que finalmente no pudo gestarse.
Tras varios días aquejado de un virus, Manuel Preciado nos dejó la noche del seis de junio de ese mismo año tras un infarto de miocardio. La huella del técnico cántabro en el fútbol español no solo se forjó en el Sporting. El Levante celebró el pasado 5 de junio el décimo octavo aniversario de su ascenso a Primera.
Su salto a la máxima categoría se fraguó en 2004 ante el Xerez con Manolo Preciado en el banquillo del equipo valenciano. Casi cuarenta años después, Preciado devolvió al Levante a la categoría de oro del fútbol español y certificó el segundo ascenso del Levante UD a Primera en toda su historia a falta de dos jornadas para finalizar la temporada 2003/04.