Así vivió Baraja su debut con derrota en el Coliseum: retoques tácticos y el abrazo con Quique
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El Valencia CF acabó perdiendo tras un partido al que llegaba con bajas y muchas urgencias, pero si había puesto el foco sobre alguien ese era Rubén Baraja. El técnico vallisoletano, otrora leyenda valencianista, debutó con una derrota por la mínima (1-0) ante el Getafe CF. Un estreno nada positivo, sin duda, aunque hubo apuntes interesantes por parte de una persona que anoche su cumplió su sueño. Por momentos expectante, por momentos cómplice con su inseparable Marchena y también nervioso. Melero López le advirtió y, por el momento, su sentimiento no gana partidos. Y cada vez quedan menos.
En términos generales, se le vio muy activo, casi siempre de pie, inquieto y dando instrucciones. Especialmente, en la primera mitad cuando llegaron las ocasiones del cuadro local. Resopló, la segunda parte fue algo más cerrada y sólo Mayoral estuvo acertado para dejar en el Coliseum los tres puntos.
Sobre la pizarra, tal vez su plan llamó la atención. No tanto por los automatismos que empieza a desarrollar su equipo como por el sistema. Los equipos de Baraja son más aguerridos y tal vez conceden menos. Había expectación por lo que podía dar de sí una plantilla sumida en crisis y su apuesta debió sorprender a Quique Sánchez Flores, aunque no para restarle una victoria. Los azulones y el madrileño respiran, salen del pozo y conserva un puesto para el que está Bordalás en la recámara.
El primer Valencia de Baraja cuida a Kluivert y a Lino
Baraja tiró del tan manido 1-4-3-3, la formación a la que acostumbran los jugadores que tenía sobre el césped y que dejó de funcionar en el apagón general que ha arrastrado al Valencia CF a los puestos de descenso. Incluso repitió con Almeida como pivote liderando por tramos el partido. Eso sí, de inicio apuesta por la experiencia de Paulista en la zaga. Sufrió mucho con los balones parados, mientras que alguien con tanto o más carácter como Marchena y Toni Seligrat se mostraron más tranquilos.
Quizás es por la plantilla que tiene a su cargo, pero el primer plan del nuevo técnico che fue dar galones a Justin Kluivert y a Lino. No es que sorprenda que sean titulares, sino cómo los utilizó. Uno en cada banda, ambos llevaron todo el peligro ofensivo del Valencia y son los que más cerca estuvieron del gol. Sin embargo, se zafaron en defensa más de lo que acostumbran. El equipo che perdió, pero al menos la sangría no fue la del partido en Girona o en el Bernabéu, por ejemplo. O al menos esa no fue la sensación, si bien el Getafe disparó hasta en 16 ocasiones.
Los cambios no le funcionaron más que a Quique
Aunque durante la estancia de Quique Sánchez Flores hubo para lo bueno y también para lo malo, reinó la paz y el buen rollo entre viejos conocidos. Sonrisa y abrazo para Quique Sánchez Flores, igual que lo hizo Carlos Marchena. El 'Pipo' ya avisó que le desearía suerte para todo lo que le viniera, excepto para su primer duelo. Era su debut en Primera y fue a por el partido con las sustituciones. No le funcionó y el gol de Mayoral precipitó la reacción con Marcos André.
Corría el minuto 69 de partido y el marcador era de 0-0. Cuando entraban los nervios y Quique era amonestado, Baraja fue el primero en mover algo. Tras el obligado cambio de Gayà, ingresaron Fran Pérez y Hugo Guillamón.
El más joven de ambos, el hijo de Rufete, revolucionó algo. Si el sello de Marchena y Baraja es el de aquel equipo del doblete, pusieron al menos el apellido. Su gol anulado es prueba de que acertaron con la entrada. El festejo de Baraja duró lo que el banderín del asistente tardó en levantarse.