La hora de Alberto Marí, el alumno más rezagado de la Quinta del Pipo

Alberto Marí quiere repetir la historia que le llevó a ganarse un hueco en el corazoncito de los valencianistas. El joven delantero del Valencia CF, que la temporada pasada fue trascendental para la salvación del equipo anotando el gol de la victoria en Vigo (vídeo superior) y con buenos minutos en el tramo final del campeonato, quiere volver a ser el revulsivo para Rubén Baraja. El técnico vallisoletano ha demostrado que, cuando ha podido, ha jugado con dos puntas y, tras la desgraciada lesión de Roman Yaremchuk ante el Mallorca, a Alberto Marí se le abren de nuevo las puertas del once titular. El delantero ucraniano estará alrededor de dos semanas de baja, tiempo en el que el Valencia CF juega ante el Granada y contra Osasuna. Es la hora de que Alberto demuestre que no está de rondón en la plantilla.

Ante el Mallorca volvió a tener minutos, pero pocos. De nuevo no fue la primera opción tras la lesión de Yaremchuk. Como viene siendo la tónica habitual desde que volvió al equipo en diciembre, el punta alicantino ha quedado relegado a un papel residual. Sólo ante el Almería jugó más de diez minutos. En total, apenas lleva una hora de juego en LALIGA y una única asistencia es su aportación ofensiva.

Baraja quiere jugar con dos puntas

Ahora la cosa puede cambiar. Si Baraja decide exprimir el 1-4-4-2 con dos puntas de referencia, Hugo Duro necesita un acompañante. Ahí Diego López tiene la ventaja, pero Alberto Marí está para entrar en la rotación. El asturiano es un punta más móvil que el alicantino, que tiene otras características diferentes y que le asemejan algo más a Yaremchuk.

Alberto Marí cayó cuando mejor estaba: el dorsal y la renovación

Tras cuatro meses de calvario por una lesión que llegó justo en su mejor momento, siendo el pichichi del Valencia CF en pretemporada, el delantero alicantino volvió a sonreír en el choque ante el Arosa SC de la segunda ronda de la Copa del Rey. Aquel día estrenaba al fin el dorsal '22' que le acredita como jugador del primer equipo. Fue el segundo gesto del club con un joven prometedor, de futuro y que tiene atado hasta 2026. Es, sin duda, una apuesta de futuro, el alumno más rezagado (por culpa de la lesión) de la Quinta del Pipo, pero miembro de pleno derecho de la misma. 

El caso es que, como sucediera hace un año cuando Cavani demostró que no estaba y había que sacar las castañas del fuego al equipo, Alberto Marí está listo y llama a las puertas del entrenador. Su pasado goleador con el filial le avala, pero también su eficacia cuando Baraja confió en su valía en un pasado no tan lejano. De hecho, basta remontarse a la pretemporada cuando era el pichichi del equipo hasta que la maldita lesión muscular reventó su trayectoria. El club lo renovó ese mismo verano y le dio dorsal de la primera plantilla, es el momento de demostrar que vale para lucir ese 22.