Ganar al número uno no fue suficiente

España regresa de Río con un diploma olímpico que sabe a poco, después de quedarse a un paso de las semifinales tras firmar una primera fase ilusionante, con la campanada dada al ganar a Australia, número uno del mundo, pero perder en el cruce de cuartos en el último minuto y de penalti.Olga Martín
Hace cuatro años, en Londres 2012 fue Gran Bretaña. Esta vez ha sido Argentina, un equipo novato en unas semifinales olímpicas, que lleva una progresión increíble en los últimos años y que tuvo cierto "ángel" en el partido decisivo.
En Londres los británicos necesitaban un punto para luchar por medalla en sus juegos y lo sacaron entre ciertas decisiones arbitrales polémicas. En Río tampoco faltó esto. Contra Argentina España empató (1-1) a cuatro minutos del final y al momento fue sancionada con un penalti córner.
Los árbitros no atendieron la reclamación española al revisar el vídeo y Quico Cortés paró el lanzamiento, pero la acción fue sancionada con un stroke y los Juegos se acabaron ahí.
Interpretaciones arbitrales aparte y con categoría, la selección también admitió sus errores en el último partido de Río, donde se había llenado de razones para soñar con algo más que llegar hasta cuartos, que era el primer objetivo.
La goleada inicial a Brasil (0-2), la sonada vitoria sobre Australia (0-1) y la más que trabajada ante Nueva Zelanda (2-3) la situaron desde el principio en las primeras posiciones del grupo, solo aventajada por Bélgica, el único equipo que le ganó en la primera fase (1-3).
Su presencia en cuartos, sin Andrés Mir que sufrió una fractura en un pie, ya estaba asegurada cuando saltó a jugar el último partido. En éste firmó un empate con Gran Bretaña (1-1) y los resultados del otro grupo la emparejaron con Argentina, que por primera vez ha entrado en unas semifinales olímpicas.
Suprimidos los partidos por la clasificación del quinto al duodécimo puesto, el mazazo ha puesto fin al recorrido de España, que llegó con discreción y humildad a los Juegos, pero hizo sonar su nombre con partidos que contaban con ella como candidato a semifinales.
Constancia y trabajo en equipo son los argumentos utilizados por un grupo que ha tenido en el francés Fred Soyez un guía decisivo desde hace dos años, capaz de rentabilizar las virtudes de un colectivo sin demasiados nombres estrella como antaño, pero con grandes jugadores que en grupo suman técnica y calidad.
Pero Río cerrará un ciclo olímpico y una época de la selección, que debe afrontar un futuro con cambios. Algunos de los veteranos del equipo -en Río han jugado cuatro subcampeones de Pekín 2008- han marcado en estos Juegos el fin de su carrera como internacional y otros prevén dejar el hockey una temporada.
Con incertidumbres por delante, además de elecciones a la presidencia de la Federación en otoño, la actuación en Río ha tenido momentos ilusionantes y el hockey español tiene materia prima para seguir creciendo a base de trabajo.
Pese a dos juegos consecutivos fuera de semifinales y con las platas de Pekín'2008, Atlanta'96 y Moscú'80, más el bronce de Roma'60, el equipo ha demostrado que siempre hay que tenerlo en cuenta en competiciones internacionales.