"Yo soy tus ojos"
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Mi nombre es Francis Campos y tengo 30 años. Cuando me preguntan por mi relación con el deporte siempre pienso y respondo que es una de las pocas cosas de la vida que nunca me ha fallado. Y es que mi vida tiene a veces cierta complejidad, porque compagino varias actividades que necesitan en cierto modo de ese desafío deportivo que le añada un toque de emoción, pero también de relajación. Porque el deporte es muchas veces eso, una sonrisa dibujada cuando todo se nos pone en contra, y en ocasiones la hermosa conquista que pone el broche de oro a la vida cuando alcanza el éxito.
Después de acabar Derecho y ADE me desarrollé profesionalmente en el departamento comercial de una multinacional papelera, dentro de la división de packaging. Actualmente gestiono grandes cuentas en la mitad sur del país, por lo muchas veces los viajes y el estrés son mi compañía. Siempre que puedo, llevo las zapatillas en la maleta, o al menos siempre llevo conmigo la ilusión de volver pronto para entrenar. Es por ello que el deporte me ha ayudado a ver la vida de otro modo, a colocar cada cosa en su sitio. Porque la vida es equilibrio. Puro equilibrio. Y si destinas más tiempo del necesario a cualquiera de los bloques vitales, al final te acabas tambaleando. Por eso necesitamos nuestro rato de actividad física.
Actualmente enfoco mi vida al deporte de resistencia, en concreto, el atletismo en pista, la prueba de maratón y el triatlón. También académicamente invierto mucho tiempo en el deporte, ya que en estos momentos estoy cursando segundo del Grado de Nutrición y Dietética y a la vez que preparo el examen de Personal Trainer de la NSCA. Todo empezó cuando obtuve el título de Entrenador de Triatlón Nivel 1 y descubrí que quería seguir avanzando en el campo deportivo hasta llegar a un punto en el que convierta mi principal modo de vida.
En cuestiones humanas y deportivas, si ponemos el foco en cosas que merecen mucho la pena, podría decir que una de las consecuciones más relevantes alcanzadas en mis treinta años se llama Mínima Dream. Y es que cuando conocí a Jesús Gómez Herrera, y más tarde a José Joaquín Sánchez, nunca me imaginé que llegaríamos a empezar el trayecto que juntos hemos iniciado. Se trata de un proyecto deportivo en el que queremos fomentar el atletismo adaptado, y derribar las barreras que la sociedad muchas veces impone a las personas que tienen algún tipo de discapacidad. En este sentido, Jesús y José son un claro ejemplo de esfuerzo y sacrificio, y demuestran diariamente que en la vida lo que importa es luchar por los sueños sin jamás rendirse. Porque es verdad que hay grandes personas que siempre sonríen a pesar de todo, y que suponen un claro ejemplo de que lo realmente importante de nuestro camino es la bondad de la gente, y su humildad y compañerismo. Y ellos dos me han demostrado ser ese tipo de personas que aglutina esos tres valores en su conjunto. Por eso pienso que el mundo necesita mucha más gente como ellos.
Mi desempeño en Mínima Dream consiste principalmente en guiar a Jesús en los entrenamientos y competiciones, aportándole luz en sus sueños y ambiciones, y ayudándole en todo lo que humildemente puedo mostrarle por tener más edad y experiencia en la vida que él. Entre los tres nos comunicamos diariamente en un grupo de WhatsApp para ayudarnos en todo lo que podamos necesitar en nuestro día a día. Siempre estamos el uno para el otro. Y si alguno de nosotros necesita un abrazo, siempre hay alguno de los tres que puede abrazar al resto. Ese es el principal secreto de un Equipo, y es lo que nosotros llamamos la piña de Mínima Dream.
Otra de mis labores en nuestro proyecto deportivo consiste en buscar y coordinar la relación con patrocinadores, partícipes de nuestro principal cometido, que es dar soporte económico a los atletas del equipo para que puedan disponer del material necesario para entrenar y competir, así como la licencia federativa, gastos de transporte, y el soporte básico para que cualquier persona con discapacidad pueda hacer deporte sin ninguna limitación. La manera que tenemos de darnos a conocer es además de la aparición en los medios de comunicación, nuestra presencia activa en las redes sociales. También hemos hecho una pequeña inversión en ropa con nuestra imagen para su posterior venta, de modo que podamos financiar la vestimenta de nuestros atletas.
La presente temporada se presenta con mucha ilusión, ya que nuestro foco deportivo lo ponemos en intentar convertirnos en una lanzadera del deporte adaptado andaluz en los próximos Juegos Paraolímpicos de Tokio 2020. Para ello queremos llevar al Campeonato de España de Atletismo Adaptado al máximo número de integrantes, y por qué no también al Campeonato de Europa. Participaremos a su vez en otras competiciones a nivel nacional como parte del calendario y preparación para los objetivos principales. Mínima Dream se sustenta bajo el paraguas del Club Atletismo San Pablo, un histórico de Sevilla donde colaboro como miembro de la directiva y entrenador de triatlón. Desde esta organización, y gracias también a la labor fundamental de Antonio Olivencia, seleccionador nacional de medio fondo de la Once y nuestro director técnico en el club, perseguimos el sueño de crecer y sentar las bases del que queremos que sea el Equipo de Atletismo Adaptado de referencia en nuestro país.
Francis Campos Jareño