Aquel ascenso que viví contigo

(Retazos de la crónica más hermosa del mundo: “Magic Time”: Portugalete, 4 -  Utebo, 0) DEDICATORIA: A ´Pegaso´, caballo alado que, trotando en vuelo, ha vuelto al padre, Zeus, para completar una ´defensa de cuatro´ en su constelación.

CITA: ¿Cita?... ¡el domingo 28, a las seis de la tarde, en La Florida!  … A punto de cumplir los cien años de vida, el ´Portu´ se regalaba el ascenso a la Segunda Division…B, la cumbre más alta jamás pisada. Como el anciano que enferma de una dolencia pueril, el Club Portugalete protagonizaba una gesta de titanes a esa edad tan tardía en la que uno ha llamado ya con insistencia a las puertas del Cielo. Pero no adelantemos acontecimientos. No musitemos el cuento de la lechera ni vendamos la piel del oso antes de darle caza. Vengan todos los tópicos. Que cada cual exponga su frase, su titular, su grito, en fin, su deseo, que es en toda alma jarrillera el mismo: vencer, ganar la última batalla de esta guerra que se viene librando desde aquel mes de septiembre de 2004, cuando las hojas empezaban a caer, cuando los pétalos de las rosas del jardín de la ´casa de los sueños´ se marchitaban, no así el Portu, que renacía una vez más, cual ave Fénix, ave rapaz que ha ido sobrevolando los campos de la Tercera División, depredador feroz que apenas ha dejado equipo rival con cabeza, sumar de tres en tres, fuera o en casa, qué más da, el poderoso no se siente extraño en ningún feudo, su lema es el romano: llegar, ver, vencer. Para la última pelea (Municipal de La Florida, 26 de Junio de 2005 : ¡que nadie olvide esta fecha!), no hay que llegar: ¡estamos!… …Domingo 26 de Junio, doce del mediodía. La afición, volcada. Y, por si fuera poco, la Banda Municipal de Música de la villa para animar el cotarro que ya viene favorable de Utebo gracias al gol conseguido por el astuto Alain Arroyo. Aún así, y como por entonces “Y LO HERMOSO NOS CUESTA LA VIDA” era un posible titular, o si, por mala memoria mía, estuviera descartado, cierto era que en mi ánimo la segunda frase que Silvio Rodríguez incluye en su ´Canción del elegido´ pesaba en mi ánimo como cien lingotes de plomo. Y es que, cuando la gloria se toca con la yema de los dedos luego de tanto caminar por inhóspitos desiertos, uno no puede sino acordarse de aquellos que, por haber sucumbido en la desigual, cruel e injusta batalla de la vida, no estando entre nosotros, no podrán disfrutar de lo hermoso que nosotros gozaremos. Y entonces, sin poderlo evitar, vuelvo al pasado y escribo lo que creía descartado… “Demetrio Villa: el tío-abuelo utillero; Isabelita: la hija de Pepín el barbero; mi padre; mi abuelo; el amigo de la “Calle de Atrás”; mi abuela; tíos y tías; Jero Arana, que tanto me quería; Mendiguren, que se acordaba siempre de mi padre; Urbano Anda, mi primer entrenador; el hermano de uno de nuestros jugadores (Aurrekoetxea) y -su recuerdo tan caliente- el padre del que con mano firme (Javi González Etxebarria) dirige nuestra plantilla…Ah, y César Saavedra, el que en su libro tantas veces escribiera mi nombre. Cuando pienso en ellos, me pongo triste. Supongo sus cuerpos inhumados, o, tal vez, luego de la cremación, sus cenizas al viento para terminar cayendo en la fecunda tierra y como semillas germinar en flor. Si me fuera lícito, me gustaría hacer acopio de las cenizas de todos estos seres tan queridos a los que lo más hermoso les ha costado la vida. Y, recogidas a modo de hatillo en gualdinegra bandera, arrojarlas al ´Abra´ para que, junto al agua evaporada que se convierte en ligera nube, desplazarse hasta La Florida luego de remontar el cerro ´Kanpazar´. Puestos a soñar, a sentir que se cumplen los más íntimos deseos, yo os prometo que “ese otro Portugalete”, el que ya no está entre nosotros, el ´Portu de los ausentes´, fue el delicado sirimiri que en la noche sabatina previa al partido definitivo se precipitó, humedeciéndola mansamente, sobre la hierba del campo que en la matinal del domingo habría de ser un hervidero.  Y así, los jugadores, cuando ´ascienden´ al terreno de juego, sin saberlo, van pisando lo más sagrado. Saltarán, correrán, portando en sus botas esos seres silenciosos para convertirlos en el  control, en la conducción, en el pase, en el regate, en el disparo, en el gol, … ¡en la victoria!! Y ahora, sentémonos, en primera fila, ya que las últimas están abarrotadas. Y aplaudamos a rabiar, hasta que las palmas de las manos nos quemen y echen humo. Hay que ver. Qué ambiente tan bonito. Dirán mañana los diarios que “3.000”, y hasta “3.500” aficionados se dieron cita en el Municipal de La Florida. Números al margen, que también cuentan, por supuesto, lo que más me estremece es esa marea gualdinegra que sube y baja en función del frenético movimiento de los pañuelos, de las bufandas, de las banderas, de las pancartas, y de las camisetas también. Respirado el ambiente en poderosas bocanadas, me atrevo a decir que hoy es el día en el que los jugadores querrían ser aficionados y los aficionados, jugadores de campo. Me impresionan, también, quizás porque es algo que jamás había visto en mis cuarenta y seis años de vida, esas bengalas que los “Hoolls” del Portu han encendido en el fondo sur, junto a la portería de la carretera: el humo buscando las copas de los arboles; el fuego alumbrando nuestra enseña nacional, la de la cruz blanca, y el aspa verde sobre un fondo rojizo, ikurriña en medio de la cual hay una leyenda que dice: “YOU´LL NEVER WALK ALONE”, Ez zara, inoiz, bakarik, ibiliko, ¡Nunca caminarás solo!…” El domingo, 28 de este mes de Junio de 2015, diez años después, a partir de las seis de la tarde, en La Florida, frente al Cayón, ¡tampoco!  Firmado: Samuel Agirre, ex-jugador y socio del Club Portugalete