Fargo: impresiones del inicio de su segunda temporada
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Fargo fue una de las grandes sorpresas que nos deparó la temporada pasada. Estrenada en verano, Fargo nos trasladaba a la Minnesota más oscura y brutal que pudiésemos imaginar. En un pueblecito pequeño, de esos en los que todo el mundo se conoce y nunca pasa nada, Noah Hawley creaba una historia repleta de matices, malas decisiones, sangre y humor negro.
Nacida de la influencia de la película homónima de los hermanos Coen, quienes además colaboran en el proyecto, Fargo conseguía hilar una historia de múltiples arcos argumentales a dos tiempos en tan solo diez episodios. Con una banda sonora sobrecogedora y un diseño de arte y equipo técnico de alto nivel, la serie de Hawley se ha colado en varias nominaciones y ha conseguido algún que otro premio.
Además de esto, la serie sorprendía con un villano sacado de la mejor película de terror –interpretado por un genial Billy Bob Thorton- y un protagonista torpe e inusual, cuyo actor fue alabado por todos: Martin Freeman. El reto era, obviamente, repetir la fórmula para su segunda temporada.
¿Han conseguido con la segunda temporada de Fargo lo mismo? Si nos ciñésemos al episodio piloto, único emitido hasta la fecha, se podría decir que sí aunque todavía es pronto. Todos los elementos que hicieron de la primera temporada algo tan loable se mantienen: el frío, el paisaje cubierto de nieve y la sangre salpicando todas partes se repiten durante el primer episodio.
En este caso el asesino, torpe también y poco espabilado, tiene un destino distinto al de Lester por lo que solo nos deja con la duda de ¿qué pasará ahora? Con tres arcos argumentales abiertos, a cada cual más interesante –quizá el del matrimonio sea el que más me llama la atención- la segunda temporada de Fargo ofrece aquello que nos gustó de la primera, aunque sin sorprender realmente. Esto es, quizá, la mayor crítica que se le puede hacer al primer episodio de esta segunda temporada.
Jugando sobre seguro, ahora tiene que demostrar que efecivamente ha venido para quedarse. Por si a alguien le quedaba alguna duda de si ver la segunda temporada de Fargo, después de tener un gran sabor de boca de la primera, le diría que sí. Sólo nos queda saber si se alejarán de lo que ya hemos visto, y se atreverán a indagar aún más en el lado oscuro de sus personajes.