¿Qué hay de la modificación de los estatutos?
Gontzal Sever, Athletic Eup!
El DECRETO 163/2010, de 22 de junio, de clubes deportivos y agrupaciones deportivas, del Gobierno Vasco (BOPV de 12 de julio de 2010), establece en su Disposición Transitoria Primera, apartado 1º, que “los clubes deportivos y las agrupaciones deportivas adaptarán sus estatutos a lo previsto en el presente Decreto en el plazo de un año, a contar desde su entrada en vigor…”, añadiendo en su apartado 2º que “transcurrido dicho plazo sin que se haya procedido a la adaptación estatutaria, cuando sea necesario, no se inscribirá documento alguno en el Registro de Entidades Deportivas del País Vasco hasta que la adaptación se haya verificado”.
El citado Decreto entró en vigor el 13 de julio de 2010, y a día de hoy, el Athletic no ha adaptado sus Estatutos al citado Decreto, por lo que estaríamos en el supuesto contemplado en el apartado 2º de la citada Disposición Transitoria Primera, de manera que, si de acuerdo con ello, el Registro de Entidades Deportivas del País Vasco no inscribe desde el 14 de julio de 2011 documento alguno a los clubes y agrupaciones deportivas que no hayan adaptado sus estatutos, me entra la duda de si la actual composición de la Junta Directiva figura inscrita o no, ya que las elecciones se celebraron el 7 de julio de 2011, esto es, 6 días antes de que venciera ese plazo de un año. Confío en que tanto la actual Junta Directiva como los trabajadores del Club actuaran con la diligencia y rapidez debida para evitar esta circunstancia.
El apartado 3º de la mencionada Disposición Transitoria Primera del citado Decreto dispone que “si transcurrido el plazo de dos años desde la entrada en vigor de este Decreto los clubes deportivos y las agrupaciones deportivas no han efectuado la adaptación a las prescripciones del presente Decreto se procederá de oficio a la cancelación de su inscripción registral”.
Es decir, estamos a 6 meses de que venza ese plazo y todavía los estatutos del Athletic no se han adaptado al Decreto, y no sólo eso, sino que ni siquiera se ha puesto en marcha el mecanismo de modificación establecido en los actuales estatutos (nombramiento de la comisión de 5 miembros, 2 por la Junta Directiva y otros 2 por la Asamblea de Compromisarios, más el Presidente del Club; redacción de la propuesta por la comisión; aportaciones de los socios; redacción definitiva y posterior sometimiento a la aprobación de la Asamblea), mecanismo complejo no tanto jurídicamente como en lo que se refiere a su llevada a efecto, necesitándose al menos dos Asambleas Generales de Compromisarios, con todo lo que ello conlleva.
Estos lodos vienen de aquellos barros: de la inactividad de la anterior Junta Directiva; del retraso en la redacción de la propuesta por parte de la comisión, de la que formaba parte el actual presidente D. Josu Urrutia; y sobre todo de la poca cintura que demostraron los anteriores gestores para haber buscado una alternativa a la propuesta que finalmente se presentó a la Asamblea y que fue rechazada por amplia mayoría. Es decir, haber sometido a la Asamblea, además de la propuesta de la comisión, una redacción alternativa que recogiera única y exclusivamente aquellos aspectos de obligado cumplimiento para adecuar los estatutos a la nueva normativa, posibilidad esta que me consta que les fue sugerida tanto a la anterior Junta Directiva como a la propia Comisión por un socio compromisario.
Se ha llegado a comentar en prensa que los encargados de asuntos jurídicos de la Junta Directiva, entre ellos el Secretario Sr. Alzadabal, estaban valorando la posibilidad de presentar unos nuevos estatutos para su inscripción en el Registro en los que únicamente se incluyan aquellas modificaciones estrictamente necesarias para adecuar los estatutos actuales al Decreto sin someter los mismos a aprobación por parte de la Asamblea General de Compromisarios, lo que me parece, en las circunstancias actuales, por un lado sensato (las consecuencias de la no adaptación en plazo pueden ser muy graves), y por otro lado, peligroso, porque entiendo que se estarían vulnerando las disposiciones de los actuales y aún vigentes estatutos.
En definitiva, la actual Junta Directiva tiene entre sus manos una verdadera “patata caliente” con este asunto y tendrá que hilar muy fino para que lo que debe ser un paso para la modernización y apertura del club a una mayor participación de los socios en la gestión y control del Club (no olvidemos que los verdaderos dueños del Club somos los socios, mal que le pese a alguno) no se convierta en una nueva guerra banderiza entre gamboinos y oñacinos propia de las novelas de Toti Martínez De Lezea.
Pd. Hoy, a dos días de nuestro derby, el de verdad, el de toda la vida, el otro clásico, me siento optimista y auguro victoria en el Bernabeu.
