Una jornada cargada de sentimientos
Por Borja Conde, socio del Athletic Club
Bilbao y Bizkaia entera esperan con la máxima ilusión la designación de la fecha y lugar definitivos para la celebración de la final de “nuestro” torneo, la Copa. Y digo nuestro, porque pocos equipos han mostrado tanta admiración, respeto y pasión por un torneo, que se ha convertido para el Athletic Club en la única vía actual para aspirar a levantar un trofeo.
Solo hay que observar las magnificas entradas que hubo en San Mamés frente a equipos de Segunda B (Oviedo, Albacete, y por supuesto Mirandés, impensables en otros campos), y las alineaciones presentadas por Bielsa, sacando siempre a los titulares indiscutibles en terrenos no siempre en perfectas condiciones.
En este negocio llamado fútbol donde las “boutades” galácticas pagadas a precio de oro de recalificación urbanística se mezclan con los encierros de futbolistas impagados hambrientos de salarios incumplidos, nuestro club es un islote de tradición futbolística y rigor de gestión, que en estos tiempos de crisis, ve aumentar exponencialmente sus posibilidades de triunfo. Cuando en otros clubs la cantera se convertía en una excusa de secano para fichar a desconocidos futbolistas extranjeros (siempre a cambio de sustanciosas comisiones que se perdían por el camino), el Athletic Club trabajaba con mayor o menor éxito en Lezama para esculpir a una hornada que tiene toda la pinta de ser “LA” hornada txapeldun, aquella que quite el polvo de las estanterías de Ibaigane, ávidas de trofeos del primer equipo.
Esto ayuda a reafirmar la viabilidad de un proyecto absolutamente vivo, con ilusión y como banderín de enganche a nuestros jugadores con más proyección para poder renovar sus contratos con este equipo ganador. ¿qué hay más bonito que levantar un título con el Athletic? Lo siento, no se me ocurre nada…
Quien más quien menos ha mirado hoteles y fechas, ha consultado en el trabajo las vacaciones y los días de “asuntos propios” (¿existe algo más propio que una final del Athletic?). Es el día más esperado, donde para algunos ignorantes supone una jornada de enfrentamientos, de no comprender que es el fútbol no es más que un deporte, y donde la destrucción mediática del rival es excusa para justificar cualquier barbaridad, es para toda la afición del Athletic una fiesta, un homenaje a unos colores, a una afición que entiende el futbol como el último reducto romántico, donde los futbolísticas son amigos de tu cuadrilla, es el primo de tu vecino, donde el lateral izquierdo iba a tu colegio, donde has jugado contra ellos en todas las categorías del futbol bizkaitarra, y ahora son ellos quienes defienden la “sagrada” camiseta zurigorri. Es también punto de reencuentro de familias, de hermanos y familiares que viven lejos y solo los colores rojiblancos unen de ciento en viento, “nos vemos en la final”, se dicen, de cuadrillas de talluditos que sueñan en revivir “el gol de Endika” ahora convertido en Toquero o Llorente y por fin derrotar al rival y levantar la Copa.
No olvidemos lo que la final de Valencia supuso para las nuevas generaciones. Aquello fue un tren al que muchos se subieron en marcha al descubrir que más allá del agobio mediático blanco y blaugrana, existe un equipo en Bilbao que puede plantar cara. Ahora se vuelven a ver camisetas rojiblancas con el 9 en la espalda, descuidadas por algunos durante algún tiempo por “dioses paganos” extranjeros vestidos con otros colores. Los niños sueñan en emular a los nuevos ídolos rojiblancos.
También es el momento del recuerdo de los ausentes, que aquellos que se fueron sin volver a ver al sucesor de Piru Gainza guiñando el ojo a la autoridad de turno y diciendo eso de : “hasta el año que viene”, de nuestros padres, madres, tíos, abuelos, a quienes echamos tanto de menos, que nos llevaban de pequeños a San Mamés y nos explicaban todos los truquillos de aquel estadio: el simultaneo de la sur, con los anuncios de marcador, los palcos de las esquinas de la principal antes de su desaparición, las almohadillas que volaban hacia el guruceta de turno, los pañuelos antes los golazos del Pelé blanco “O Rei” Sarabia, y por supuesto, nuestro símbolo, el arco de San Mamés, sujeto por la magia de la afición que empuja hasta conseguir el triunfo soñado.
Por todo ello, por nuestro Athletic, por todos nosotros… ¡¡¡A por ellos!!!
ATHLETIC, ATHLETIC ZU ZARA NAGUSIA!!!
