El valor de los cambios
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El Athletic Club ha terminado en cinco partidos de la temporada sin hacer los tres cambios y 17 cambios han sido realizados más allá del minuto 80. El once inicial que elige un entrenador para afrontar los distintos encuentros es importante, y también lo son y en la misma medida los tres cambios o los tres hombres de refresco que pueden entrar a lo largo del partido.
Son importantes porque pueden ser un revulsivo para el encuentro, darle otra cara al equipo y solucionar aquellos problemas que se han visto durante los partidos. La función de los cambios es bien conocida por la parroquia futbolística, pero hay que saber cuándo hacerlos, qué jugadores quitar y cuáles poner, y qué número de cambios se van a realizar. Es un lance del juego que también puede hacer que el equipo dé otra imagen y que ella lleve por el camino correcto de sacar petróleo del encuentro, de sacar algo positivo. Hay que usarlo y hay que usarlo bien.
En los 23 partidos oficiales que el Athletic ha disputado desde que comenzaran las competiciones allá por finales de julio, en cinco partidos (Eibar, Valencia, Barcelona, Deportivo y Formentera) no se han hecho la totalidad de los cambios. Llama en especial la atención que José Ángel Ziganda solo hiciera un cambio el pasado domingo en Riazor. De todos los jugadores que esperaban su oportunidad en el banquillo, solo Raúl García se vistió de corto y fue para sustituir a Óscar de Marcos por lesión.
Se esperaba algún cambio más, con empate en el marcador y con capacidad de reacción, sobre todo cuando el partido era de idas y venidas y había que romper esa balanza. Tal vez la velocidad de Iñigo Córdoba y su desparpajo en el terreno de juego eran necesarios para llegar a buen puerto algunos de los contraataques que se vieron. Pero ya no es el número de cambios que hagas, tal vez ahora más justificados por el gran número de partidos que hay en poco tiempo, sino por el momento en el que se hacen. De todos los que el técnico rojiblanco ha hecho, un total de 63, 17 (el 26,9 %) se han producido cumplido ya el minuto 80. Con solo diez minutos por delante, ¿qué se puede esperar? Con tan poco tiempo, no mucho. Ese tiempo es insuficiente para que un jugador marque diferencias. Entre que se coloca en el campo y toca un par de balones, el árbitro ya ha pitado el camino de los túneles del vestuario. Hay que hacerlos antes, como el cambio de Mikel Rico contra el Villarreal en el minuto 55. De menos a más, el vizcaíno tuvo tiempo suficiente para mostrar su juego y cambiar la imagen del equipo. Ese puede ser un buen ejemplo de cambio, eficaz y que cambie algo el partido. Es importante saber qué hacer y cuándo hacerlo para sacar petróleo.
Por Iraia Hermosilla, periodista. Escribo en 'Los balones de la manada'
Contacto: iraiahermosilla@gmail.com