Nuno, la nave del misterio, Camus y las joyas
Andaba faenando en la redacción de ElDesmarque el otro día cuando mi amigo y compañero Álex Heras me enseñó orgulloso la agenda que le había regalado Albert Cerezuela, periodista del programa Cuarto Milenio, la nave del misterio, escritor y valencianista hasta la médula.
El detalle, sin más, ya me llamó mucho la atención pero cuando reparé que en la portada citaba una de las frases que siempre he tenido por ley de vida: “Lo que sé de la moral y las obligaciones de los hombres se lo debo al fútbol”, de Albert Camus, me dio una envidia bárbara.
Del tal Camus, sólo he podido leerme una novela “El extranjero”, que sinceramente me pareció un pestiño, pero paradójicamente me identifico tanto con la frase de la agenda de mi amigo Álex que la aplico casi a diario. No tanto, por el fondo, sino por lo que me enseña el fútbol, y más concretamente el Valencia, cada día que pasa.
Andaba en estas pensamientos, cuando me vino a la cabeza la siguiente reflexión después del partido de Vigo: lo de Nuno y cómo lleva su nave sí que es un misterio. Hoy me apasiona con su 3-5-2 y mañana me descoloca con los cambios. Me parece brillante su planteamiento contra el Real Madrid; pero todavía no concibo cómo deja que se le escape entre las manos el partido de Vigo.
Del técnico, con el que parece que vamos a convivir mucho tiempo a poco que las cosas le rueden tan bien como hasta ahora, me encanta su forma de hablar y cómo defiende a sus jugadores. Me embelesa. Su tono es como un fado lánguido pero convincente que te endulza hasta el más amargo de los trances… Su manera de expresarse se vuelve especialmente empalagosa cuando arrastra las eses...
Pero no todo es eso. Ser top en sala de prensa implica también no poner mala cara cuando los periodistas nos hacemos y le hacemos preguntas incómodas. (De eso, quizá le puede explicar más Albert Cerezuela que yo). Ser top defendiendo y argumentando tu discurso no te inhibe de ser top en el campo, que es dónde el rendimiento tiene que verse, y dónde no se vio como en Balaídos.
Hasta la fecha el técnico ha estado notable, con ramalazos de sobresaliente, pero a veces ha tenido días de suspenso total, con los cambios (tarde y mal); con la gestión de la plantilla… Y ahí radica el misterio, dónde me tiene intrigado. Es joven, este es su primer gran club, lleva poco tiempo y tiene a sus mandos una plantilla a la que ha sabido motivar y sacar el alma pero a la que aún debe exprimirle mucho más juego. El Valencia tiene que ser mejor y no es que me queje de lo que veo, pero tiene jugadores para sacar más rendimiento. Sé que es pronto, que Nuno apenas lleva una veintena de partidos, que necesita más hombres de bandas para su 3-5-2 letal con Negredo y Alcácer (para mí dupla innegociable), pero con Enzo Pérez puede jugar a otra cosa y si pone un 4-4-2 que no sacrifique una banda...
En el pasado más reciente, el técnico demostró que sabe rectificar a tiempo las cosas que no funcionan. Esa virtud es propia de hombres sabios y, para mí, el principal aval para que el Valencia le ofrezca continuar más allá de junio de este año. Pero que no olvide a Camus: “la moral” está muy bien pero “las obligaciones” pasan por no descuidar la Copa y estar en Champions League el año que viene sí o sí.
Entre 'joyas' anda el juego
Me sirve también el filósofo Camus, que defendía que "cada individuo del género humano es libre para moldear su vida, construyéndose su propio porvenir", para afrontar el adiós de Carles Gil. Siempre da penita que un valenciano se marche del Valencia, pero es su decisión y deja 5'5 kilos en el club. Así que, Suerte, bien vendido. Es una buena operación para todas las partes. Pero como, a rey muerto, rey puesto, me quedo con el futuro inmediato que pasa por chavales como Nando García del filial o el juvenil Fran Villalba. Aunque, mucho ojo porque el Barcelona husmea por el entorno del internacional sub-17. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque Valencia