El Yin y el Yan en versión valenciana
El clima en Valencia es suave, primaveral, estable, sin grandes cambios de temperatura a lo largo del año, pero ni por esas estamos calmados. Mira que nos gusta hacer bandos. Sí, sí nos va. Nos encanta. La ecuanimidad en esta bendita tierra no es nuestra principal virtud. O nos gusta el arroz sequito, o el caldoset; O somos de San Vicent; o somos de la Verge…; o somos de Convento o de El Pilar; pero tenemos que estar siempre en un bando u en otro.
Lógicamente en nuestro patio de recreo principal, que no es otro que el Valencia, nos pasa exactamente lo mismo. De hecho, el club lo utilizó con cierto hace un tiempo en una campaña de publicidad: "a veces blanco, a veces negro, pero siempre blanquinegro". Aquí hemos estado a favor y en contra de Tuzón, de Roig, de Ortí, de Cortés, de Llorente… A favor y en contra de Unai Emery, de Fenoll, de Mijatovic, de Fernando… Aquí lo discutimos todo. Somos así, ciclotímicos y nos va. Hoy nos vemos luchando por la Liga y mañana sufrimos porque creemos que el mundo se acaba. Hoy nos ilusionamos con el (necesario económicamente hablando) estadio nuevo; pero mañana hablamos orgullosos de la bombonera en la que han convertido el viejo Mestalla, el de toda la vida.
Y es que, nos chifla estar siempre posicionándonos y montando una falla para quemarla a los cuatro días. Pero, lo más fascinante de todo es que, con las últimas cenizas del monumento quemado aún revoloteando en el ambiente, ya estamos pensando en el siguiente frente, en el próximo charco o en el nuevo conflicto en el que nos vamos a meter.
Antes fue la venta...
La historia reciente (y no tanto) del Valencia nos ofrece decenas de ejemplos; centenares de controversias y bandos enfrentados que ríete tú del Yin y del Yan de los coreanos. No hace falta que tener una mente prodigiosa para recordar la movida que hubo este año pasado con el proceso de venta. Si ante dos opciones nos posicionamos, imagínate los bandos que se crearon con los siete candidatos; o con el hecho en sí mismo de vender el club o no; o con el banco; o con la Fundación etc, etc… Y ahora que resulta que Peter Lim ya ha comprado y ya le han dado el OK desde el patronato, aparecen los rusos de Zolotaya Zveda denunciando el proceso (no les dedico ni un segundo más) y, sobre todo, abrimos con fuerza un nuevo frente: el de Nuno.
...Y ahora es Nuno
Y claro, ¿cómo no? El Nunismo tiene delante de sí a los antinunistas, cuyo número va creciendo por semana. No seré yo quien critique a nadie por, valga la redundancia, criticar al entrenador. Ya escribí en su día que hace cosas maravillosas y otras que me desconciertan. Sin embargo, en la fase de la temporada en la que estamos, (con el tío recién renovado ¡¡¡para tres años!!!) no creo que sea demasiado inteligente abrir una guerra a mitad de febrero y con tres meses de competición por delante…
No crea nadie que apruebo sus puestas en escena ni sus charlas, más hacia fuera que hacia dentro y que mi querido Manu inmortalizó para la posteridad. Es más, me parece un error que el inquilino del banquillo quiera ejercer otras funciones que no le son propias. Al menos en el fútbol español tal y como lo tenemos montado, eso no suele funcionar. Pero de ahí a rasgarnos las vestiduras porque aprende a base de golpetazos y la asignatura de jugar a domicilio la tiene suspendida (a pesar de ganar en Cornellà), media un abismo. Haya paz, de nuevo el equipo está en Champions y ahora es momento de remar, de sumar puntos aunque sea sufriendo como ante el Espanyol... (aún tengo el corazón en la boca) porque ya habrá tiempo para la autocrítica y para mejorar las facetas más flojas en el equipo. Ahora, haya paz. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque Valencia
