Un sueño americano llamado Valencia CF y la fidelidad de los jóvenes a pesar de Peter Lim
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No veo a mi hijo y sus colegas adolescentes preocupados por las guerras de poder en el Valencia
Estaba esta semana arreglando el mundo valencianista y dándole vuelta a lo de siempre, a cómo nos quitamos de encima a Peter Lim, a si el Nou Mestalla será la puerta de salida del máximo accionista y que si la tierra es cuadrada o si el sol es el centro del universo. Y mientras los viejos sesudos valencianistas, sabios muchos de ellos, siguen (Seguimos) enzarzados en esas trifulcas, el Valencia más joven y corto de plantilla que he conocido sigue enamorando a propios y a extraños con victorias como la de este domingo ante el Granada y generando cada vez más adeptos. 44.922 espectadores en Mestalla, muchos de ellos imberbes a la hora de la paella es una prueba evidente de que en Valencia, de la mano de Baraja y su Quinta del Pipo se está cambiando la tendencia.
Los datos de asistencia a Mestalla, los aficionados que viajan son la punta del iceberg de esta nueva ola de adhesión valencanista que, les reconozco, para un servidor sigue siendo todavía un misterio. ¿Qué les engancha a los jóvenes? No lo sé, pero su militancia es real. Cuanto más nos quejamos los mayores de que este Valencia no es el club que conocimos, más seguidores jóvenes se apuntan y afilian a la causa. Algo bien hemos hecho, eso desde luego, porque les hemos dejado el legado que heredamos de nuestros padres, el amor por un sentimiento.
"El Valencia CF cada vez tiene más aficionados a pesar de Peter Lim. En Mestalla estamos viviendo un cambio de tendencia, un cambio generacional".
Ellos, los más jóvenes, saben que Peter Lim no suma, y el cántico de "Peter vete ya" se ha convertido en un himno, pero por momentos es tan festivo como reivindicativo. Al final la gente lo que quiere es ver ganar al equipo, empatizar con esos jóvenes insolentes que luchan contra viento y marea, que ejemplifican en sí mismo el sueño americano, ese ideal que garantiza que la oportunidad de prosperar y tener éxito y llegar arriba aparecerá si uno se esfuerza. Es la cultura del esfuerzo que pregona Juan Roig.
Su trabajo, el de la Quinta del Pipo, y su llegada a la élite -aunque sea por la necesidad que generó Lim 'desnutriendo' la plantilla- y su éxito son la puebla palpable que, con esfuerzo y trabajo se puede alcanzar el sueño.
Los jóvenes del Valencia CF contagian a todos
Gozálbez fue el último, pero antes que él, y después, los Javi Guerra, Fran Pérez o Diego López tiraron abajo la puerta de la élite para asentarse en el Olimpo de la memoria colectiva del valencianismo. Ese espacio que cada día lo ocupan más y más jóvenes para los que nuestras guerras sobre Soler, Llorente, Paco Roig, Amadeo Salvo, Aurelio Martínez y Peter Lim les empiezan a sonar como las guerras de nuestros abuelos (aunque son vitales para la continuidad del club). Y no es que diga que no son importantes, pero no veo a mi hijo y a sus colegas adolescentes realmente preocupados por si las acciones están acá o allá y sí por si mola más la camiseta azul del segundo equipo, o la blanca o por preguntarle a Javi Guerra. "¿Cómo se puede ser tan bueno?", tal y como presencié en Paterna esta semana.
Hay una frase del gran grupo valenciano Tardor que resume cómo lo veo: "Hijo mío, los mejores jugadores son aquellos que saben dónde están y se dejan la piel en el campo". Y eso, mola. Pero es que, además, como diría mi propio hijo.y sus panas (Colegas), es que además "juegan de locos, bro". Tanto, que contagian a los más mayores como Gayà, Pepelu, Gabriel o Thierry, que están en un momento dulce y eso, pues mola. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia