Cuarentena sin fútbol, Día 30: El ERTE del Sevilla, el NO ERTE del Betis

Seguimos. 30 días ya de confinamiento por el maldito coronavirus y tiene pinta de que serán muchos más. Cierto es que las cifras por aquí en Andalucía, la tierra de los flojos, feriantes y fiesteros, son de las mejores del país y, casualmente, podría propiciar una vuelta a la normalidad más rápida que otras comunidades. Las cosas de la vida.

Pero en este tiempo de esta en casa (sí, de estar en casa) ha asomado un debate en Sevilla bastante curioso. Es lo que ocurre cuando un equipo toma una decisión y el eterno rival hace casi lo contrario. Más o menos es lo que ha pasado entre el Sevilla FC y el Real Betis, el ERTE de uno y el no ERTE del otro. Al final, cada uno ha tomado la decisión que más ha interesado con diversos fines. Cada uno lleva razón. O no. Lo que está claro es que el gesto del Betis es de aplaudir, pero... Y que el Sevilla, como empresa, tendrá que explicar muchas cosas.

Empiezo por esto último. El Sevilla, como empresa (repito), está en su derecho de acogerse a un ERTE, siempre y cuando tenga el visto bueno del organismo competente. Pero esa decisión de dejar fuera a trabajadores (el ERTE está para favorecer al trabajador, no así el ERE) tenga su explicación cuanto antes. Sobre todo cuáles son las cantidades que los dirigentes, entre ellos José Castro y Monchi, han decidido bajar sus emolumentos. Porque el gesto variará si es un 0,1 por ciento a un 25 por ciento, por decir unas cantidades. Sea como sea, el sevillista debe saber qué ha pasado. Eso sí, la estabilidad del club está por encima de todo, pero aquello del músculo financiero, visto lo visto, habría que ponerlo en cuarentena. Nunca mejor dicho.

Voy con el Betis. La decisión del Consejo es de aplaudir. Muchos trabajadores, porque son muchos, pueden seguir en sus tareas, cobrando su salario. Y yo me alegro. Tengo amigos y conocidos entre ellos y me alegra que sigan como estaban. Mi aplauso a esa decisión. Pero voy más allá. La decisión, que yo mismo aplaudo (repito otra vez), debe servir para demostrar muchas cosas, sobre todo que hay que salir en las buenas y en las malas. Ha quedado perfectamente explicado por Ángel Haro y por José Miguel López Catalán. El bético lo agradece. Sus trabajadores, también. Ahora debe servir este tiempo para reconocer otros errores y que nadie, todavía no lo han hecho y espero que no lo hagan, se escude en este parón para hablar de fracaso de la temporada. Eso sí, mi aplauso a su decisión (una vez más). Como también a la gran labor de ayudar a sanitarios y facilitar la tarea con materiales. También lo ha hecho el Sevilla. Ahí van de la mano, como deberíamos ir todos quedándonos en casa. Por favor.