El último esfuerzo de Monchi

Transcurridas dos jornadas y logrados seis puntos, la ilusión se ha disparado entre los sevillistas. Monchi controla el club y Lopetegui la plantilla, la mayoría de los fichajes están funcionando y algunas circunstancias vistas en 180 minutos invitan a pensar que la temporada del Sevilla va a ser buena. Pero faltan cosas.

La puesta en escena de los de Lopetegui invita a pensar que el Sevilla es un bloque granítico, bien trabajado, sólido a través de una presencia física imponente y con el conocimiento del juego necesario para llevar los partidos a su terreno. Monchi ha hecho una apuesta segura con jugadores como Fernando, Jordán, De Jong, Diego Carlos o Gudelj, que aportan ese sello a la plantilla. Más allá de no haber encajado goles en dos partidos, a Vaclik no le han chutado a portería con peligro y en los laterales hay dos puñales... antes sólo había uno.

El trabajo de entrenador está, y la dirección deportiva ha mejorado la plantilla claramente, pero falta un paso más, una vuelta de rosca. Mucho se están acordando ahora en el Sevilla de la segunda vuelta de la temporada pasada. Las derrotas con el Getafe, el Leganés, el Girona, el Celta... de no haber llegado alguna de ellas el Sevilla estaría clasificado para la Liga de Campeones y Monchi tendría margen para fichar: Faltan un portero, un central y, sobre todo, un delantero. De Jong es un chollo táctico para cualquier entrenador, una bestia que baja balones, se faja en la presión alta e inquieta a las defensas, pero su rendimiento de cara a puerta genera dudas que, añadidas a la falta de confianza en Dabbur, arrojan un saldo inquietante: A 24 de agosto no hay delantero top. Y el Sevilla lo necesita.

Insisto, Monchi ya ha mejorado bastante el equipo y aún le quedan días para lograr la excelencia. El cuadro ya es bueno, pero puede cerrar una obra maestra. Queda un último esfuerzo.