Deportistas francesas denuncian violencia sexual por parte de sus entrenadores
Antiguas patinadoras, nadadoras y tenistas francesas denuncian la violencia sexual de la que fueron víctimas por algunos de sus entrenadores a los que citan con sus nombres y apellidos en una operación de denuncia pública este miércoles en el diario L'Équipe.
Las patinadoras Hélène Godard, Béatrice Dumur y Anne Bruneteaux cuentan cómo a finales de los años 1970, cuando eran adolescentes, sufrieron los actos de tres de los que eran entonces sus entrenadores y antiguos campeones de Francia, Didier Gailhaguet, Jean-Roland Racle y Gilles Beyer.
Ninguna de ellas había denunciado ante la justicia los hechos que relatan ahora, que en algunos casos califican de "violaciones", y que ya están prescritos. Pero esperan que así otras deportistas a hablen también y acudan a los tribunales.
En la misma línea, varias exnadadoras como Élisabeth Douet, Frédérique Weber e Isabelle Chaussalet, cuentan cómo sufrieron agresiones sexuales en el centro de Font Romeu, en los Pirineos, por parte de Christophe Millet, entrenador en ese momento y condenado en los años 1990 por atentado al pudor.
La antigua tenista Isabelle Demongeot, que durante años se ha implicado en la lucha contra las agresiones sexuales en el deporte, fue una pieza clave en el proceso contra su antiguo entrenador Régis de Camaret, que en 2014 fue condenado en apelación a diez años de prisión por violación de menores.
En una primera reacción, la ministra francesa de Deportes, Roxana Maracineanu, excampeona de natación, se felicitó por el relato de estas mujeres, "importante porque el deporte establece una relación particular con el entrenador", una figura "en la que todo el mundo tiene confianza en nombre de los resultados".
Pero "los resultados no justifican todo", añadió en una entrevista a la emisora France Info la ministra, que el pasado mes de octubre lanzó una prueba piloto con la Federación Francesa de Fútbol en la región Centro Valle del Loira con el objetivo acrecentar el control de los educadores no profesionales.