La resurrección del tenis femenino español

El tenis femenino español está de enhorabuena. En este 2015 que llega a su fin, dos tenistas de origen hispano han conseguido colocarse dentro de las diez mejores del mundo más de diez años después de que dos de los grandes mitos de nuestro tenis como Conchita Martínez y Arantxa Sánchez Vicario lo hicieran.

"Ojalá podamos llenar el vacío que dejaron Conchita y Arantxa". Así de ilusionada y pletórica se mostraba Garbiñe Muguruza minutos después de clasificarse para el torneo de ‘Maestras’ que se celebró el pasado mes de noviembre en Singapur. Posiblemente, están en el camino para ello. De levantar un tenis femenino español que hasta este año ha visto cómo ninguna de sus mejores bazas llegaba a la altura de las dos grandes.
Ahora, entre la hispanovenezolana y la canaria Carla Suárez han formado un buen tándem que ya está dando sus frutos y que, con la edad de cada una a tener en cuenta, 22 años la primera y 27 la segunda, cabe esperar un futuro lleno de buenos resultados y de éxitos que podrían estar a la vuelta de la esquina, por ejemplo, en Río de Janeiro el próximo verano, sin ir más lejos.
La explosión de Garbiñe y el trabajo de Carla
A pesar de coger su raqueta por primera vez con tan solo tres añitos en Caracas, Muguruza creció como tenista en Barcelona y con sus dudas sobre a qué país representar, se ha convertido en tan sólo un año en la esperada sucesora de la actual capitana del equipo español de Copa Davis y de Sánchez Vicario en el tenis femenino de nuestro país.
Y es que no le podemos pedir más a Garbiñe en este 2015 lleno de éxitos en el que la final de Wimbledon sobresale, pero no hace resaltar menos el triunfo en Pekín, la final en Wuhan, los cuartos de Roland Garros, las semifinales de Singapur y unos números que la han colocado en el podio de la WTA a final de año, sólo por detrás de Halep y Serena Williams.

Unos números que no mienten. La última vez que una tenista española jugó el Masters femenino fue Sánchez Vicario en 2001, cuando alcanzó los cuartos de final. La catalana ha sido la única en alcanzar la final en 1993 ante la alemana Steffi Graf, y jugó el torneo 13 años seguidos, por los 12 de la aragonesa Conchita Martínez.
La hispanavenezolana, tercera en disputar dicho torneo, ya lleva dos consecutivos, aunque la temporada pasada participó solo en el dobles junto a Carla Suárez, su compañera de 'fatigas' y con la que ha repetido en esta edición, donde solo Hingis y Mirza las frenaron en la final.
La progresión de Muguruza ha sido brutal ya que, pese a finalizar el curso tercera, unos meses antes y tras su final en Wimbledon ascendió al noveno puesto del ranking, justo cuando se unió a la décima posición de Suárez y juntas rompieron la racha de nada menos que quince años sin dos españolas en el 'Top 10' de la WTA, desde que Conchita y Arantxa lo consiguieran en el 2000.
Porque la protagonista ha sido Garbiñe, pero Carla alcanzó a las diez mejores antes que la nacida en Caracas y llegó a ser la octava del mundo, primera española en situarse entre las diez mejores tras las dos 'grandes', y mostrando un gran nivel en torneos como Miami y Roma, en los que alcanzó la final.
Pese a ello, el final de temporada no ha sido fácil para Carla, que ha llegado a reconocer que "tenía ganas de acabar el año y volver a empezar de nuevo". Desde que cediera en las dos finales que disputó ante Serena Williams y Sharapova, su trayecto ha ido decayendo hasta salir del 'top ten' y acabar el curso en decimotercera posición. Por ello, el premio de jugar 'solo' el dobles en Singapur le supo a poco y a más contraste con el rendimiento de su compatriota, elevado a cada mes de competición.
Pero Suárez no ha dudado en manifestar su felicidad por el buen momento de Garbiñe, dejando claro que todo lo positivo para la número tres del mundo lo es para ella y para el tenis femenino. Ambas han mostrado un enorme rendimiento de hecho cuando se han unido en dobles, logrando tres títulos y cinco finales juntas, la última de ellas en el evento con las mejores del año en Singapur.
El techo es lejano, pero alcanzable
La esperanza ha llegado como un rayo de luz a una disciplina en la que el éxito fue sinónimo de dos nombres durante la década de los noventa y los primeros años de la posterior. Así lo demuestran los 33 títulos conseguidos por en su carrera por Conchita Martínez, entre los que destaca el Wimbledon de 1994, y los 69 de Arantxa Sánchez Vicario, con tres Roland Garros (1989, 1994 y 1998), y un Abierto de Estados Unidos (1994).

Poco más que añadir a un palmarés con el que el tenis femenino español alcanzó un punto culmen del que luego se fue desplomando poco a poco con el paso del tiempo. Tiempo que ha traído consigo aire fresco y que ahora tenistas de la talla de Muguruza y Carla Suárez tratarán de, al menos, igualar el registro difícilmente, pero no improbable, de éxitos de Martínez y Sánchez Vicario.
Calidad y carisma no les faltan. Tranquilidad para afrontar nuevos retos debe ser el punto de salida para, en el caso de Garbiñe, por ejemplo, mantenerse en la cúspide del tenis femenino, y para Carla, consolidarse de igual manera entre las mejores y aspirar a un ascenso aun mayor en su nivel mental de juego que le acerque a los títulos en un deporte tan exigente como el tenis.
Disciplina donde, además de Muguruza y Suárez, vienen 'pisando fuerte' otras tenistas de origen español como Lara Arruabarrena, Tita Torró, Paula Badosa o Sara Sorribes, todas ellas con un potencial en construcción pero a tener en cuenta para un futuro con buenas expectativas al que, como señala Carla, cuantas más tenistas españolas de calidad tengamos, más fuerte será nuestro tenis.
Y hablando de futuro, quizás 2016 pueda ser el año en el que tengamos la oportunidad de contar logros como el de la conquista de una medalla olímpica, un sueño que seguro tienen en mente ambas 'cracks' y que sería una cima apoteósica para la disciplina de nuestro país.
Arantxa ya consiguió dos medallas en individuales (bronce en Barcelona 1992 y Atlanta 1996), mismo resultado que obtuvo en dobles pero justo al contrario (plata en Barcelona, bronce en Atlanta), haciendo pareja precisamente con Conchita, que además obtuvo otra plata en Atenas, también en dobles, donde también se crea el reto de Muguruza y Suárez, que podrían actuar como pareja en Río de Janeiro.
De lo que estamos confiados es que 2015 ha sido el del resurgir del tenis femenino español, y de ello tienen bastante culpa ambas.