Análisis de Prince of Persia: The Lost Crown, vuelta a los orígenes a lo metroidvania
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Regresamos al sabor más clásico del Príncipe de Persia con esta nueva versión estilo metroidvania
Tras años de éxito de la saga Assassin’s Creed, de la cual hemos tenido el reciente lanzamiento de AC: Mirage, Ubisoft ha querido volver a otra de sus sagas históricas de más éxito: el mítico Prince of Persia. El regreso de esta icónica serie de videojuegos ha sido un poco polémico, ya que la mayoría de los fans esperaban un juego de acción en 3D, del estilo de la saga de Las arenas del Tiempo. Pero cuando se anunció The Lost Crown lo que vimos fue un juego de acción y plataformas de scroll lateral, una extraña vuelta a los orígenes de las primeras entregas de Jordan Mechner de los 90, con una arriesgada estética y nuevas mecánicas que lo acercaban a los metroidvania.
Pero más allá de los que esperasen los fans, Prince of Persia: The Lost Crown es un completo y cuidado juego de plataformas que ofrece una enorme aventura de acción, combates y puzles con una apasionante historia detrás. Nosotros hemos tenido ocasión de completar toda su propuesta jugable y podemos contaros que hemos disfrutado de lo lindo de su sólida estructura de metroidvania y de su misteriosa ambientación mitológica persa.
Además, personalmente tengo que decir que he disfrutado con la posibilidad de volver a jugar a un Prince of Persia con esta perspectiva 2D (sólo la perspectiva, ya que el juego, con sus personajes, fondos y artilugios, está diseñado completamente en 3D y tiene un buen número de cinemáticas para demostrarlo). Disfruté mucho de la era de las grandes aventuras 3D de la saga de Las Arenas del Tiempo, pero volver a la cámara y perspectiva clásica de las dos primeras entregas me ha traído fantásticos recuerdos. El protagonista vuelve a estar en el centro de la pantalla y podemos ver un poco del nivel superior y el inferior, caminar y saltar entre sus plataformas y protagonizar épicos duelos de espada a derecha o izquierda. Sólo que ahora hay mucho más, por supuesto. Además, los metroidvania modernos me encantan, y este The Lost Crown tiene muchas papeletas para colarse entre los mejores del género de los últimos años.
Una historia épica y mitológica
La historia del juego nos devuelve a la antigua Persia y, con muchos elementos de su mitología, cultura y tradiciones, nos ofrece una nueva historia fantástica y sobrenatural que vuelve a jugar con el ‘tiempo’ como elemento clave. En la aventura encarnamos a Sargon, un joven guerrero persa dotado de habilidades únicas, que forma parte de un grupo de 7 héroes de élite conocidos como los Inmortales, los protectores del reino y su monarca, la reina Thomyris.
En los primeros compases del juego nos vemos envueltos en una guerra contra un ejército invasor, donde desplegaremos nuestras habilidades y aprenderemos nuestros movimientos más básicos. En medio de la celebración de la victoria, el príncipe Ghassan, hijo de la reina, es secuestrado y conducido al monte Qaf, una abandonada ciudadela sagrada, antaño destinada al saber y al conocimiento y el hogar de Simurgh, dios del tiempo y protector de los persas. Un lugar antes lleno de vida y dedicado al culto de los dioses, pero que ahora es un sitio abandonado, maldito y hostil.
La Reina convoca a los Inmortales y los envía a una desesperada misión de rescate del príncipe al Monte Qaf y a su antigua ciudad abandonada. Pero cuando el grupo de guerreros llega al lugar algo va mal: el tiempo no sigue aquí su flujo natural, las líneas temporales se entrecruzan, hay atrapados en el lugar guerreros perdidos desde hace décadas, además de extrañas criaturas y la ciudad se revela como un enorme laberinto, tanto físico, como temporal.
A medida que avancemos en la aventura Sargon se encontrará con toda clase de personajes en la ciudad del Monte Qaf, la mayoría enemigos y extrañas criaturas hostiles, pero muchos otros personajes inofensivos que nos ofrecerán ayuda, consejos, pistas o nos propondrán realizar misiones alternativas o tareas para conseguir recompensas. También nos cruzaremos con el resto de Inmortales, que realizan sus propias búsquedas y que pueden ayudarnos o convertirse en enemigos.
Hay también importantes aliados que serán parte fundamental de nuestra aventura y progreso del personaje: Fariba (una niña que nos servirá de guía, nos ofrecerá un mapa para movernos por la Ciudadela y nos dará pistas para continuar la aventura principal); la Maga (la dueña de una tienda que nos ofrecerá toda clase de objetos y mejoras a cambio de cristales del tiempo): Kaheva (una diosa atrapada que forjará mejoras para nuestras armas) y Artaban (uno de los más veteranos inmortales que nos entrenará en el arte del combate).
Combate, plataformas y exploración
Con estos mimbres comenzamos nuestra aventura, donde la exploración es clave y enseguida destapa su estructura de metroidvania: hay muchos lugares donde no tenemos acceso y a los que habrá que volver, una y otra vez, con nuevos elementos que nos permitan acceder, ya sea un objeto, un arma o una nueva habilidad que, seguramente, se adquiera más adelante, en algún lugar o momento (recuerda que aquí se juega con el espacio, pero sobre todo con el tiempo). Todo en un mapa gigantesco e intrincado que se extiende a derecha e izquierda, pero sobretodo hacia arriba y abajo.
Pero para enfrentarnos a esta aventura, encontrar al príncipe secuestrado y salvar al Reino, además de salir vivo del Monte Qaf, contamos con las habilidades de Sargon. Nuestro héroe cuenta con una gran agilidad para saltar y deslizarse por las distintas plataformas. La mecánica del salto es muy precisa y satisfactoria, algo vital en este tipo de juegos, y cuenta con la opción de un salto algo mayor si mantenemos pulsado el botón algo más de tiempo. Además, Sargón cuenta con un dash en el suelo y otro en el aire y uno y otro nos vendrán de perlas tanto para sortear plataformas como para utilizar en los combates con muchos enemigos.
En cuanto al combate, Sargón domina la doble espada, pero en los primeros compases del juego nos haremos con dos armas más que lo volverán mucho más letal: un arco y el Chakram (un disco afilado de cuchillas que podemos lanzar y volverá a nosotros como un boomerang). Las tres armas pueden combinarse de varias formas para usarse en los combates, así como para activar mecanismos y resolver puzles y fases plataformeras. El Chakram, por ejemplo, será una herramienta fundamental para acceder a sitios antes cerrados para nosotros.
Pero, además de las armas y los ágiles movimientos de Sargon, contaremos con tres elementos que afectarán a la progresión del personaje en la aventura: los amuletos, el Atrha y los poderes temporales. Los amuletos, que recibiremos de algunos personajes o encontraremos dispersos por el mapa, pueden equiparse y nos otorgan habilidades pasivas de todo tipo (no podemos equiparlos todos a la vez, pero si que podemos adquirir la opción de llevar más amuletos juntos). El Athra es una fuerza sobrenatural que irá desbloqueando habilidades sobrenaturales que podremos desplegar en combate cuando llenemos una barra de Athra (que se llena gracias a nuestra pericia en la lucha). Por último, los poderes temporales los adquiriremos al encontrar plumas del Dios Simurgh. Adquirir estas habilidades especiales y combinarlas con los poderes temporales son esenciales para avanzar en la aventura.
El combate es uno de los puntos más fuertes del juego y funciona a las mil maravillas. La combinación de armas y habilidades de Sargón nos ofrece un gran catálogo de recursos de ataque y defensa. El dash nos sirve para esquivar muchos ataques de los enemigos, si se utiliza en el momento justo, pero también tenemos el parry para contrarrestar ataques y no recibir daño. Hay que calcular muy bien para bloquear ataques, pero no todos pueden ser repelidos. Una luz roja nos avisa de los ataques imparables, de los que tendremos que huir de otras formas (por ejemplo, con un salto o con el dash). Por contra, una luz amarilla nos avisa de un ataque imprudente, que si logramos bloquear a tiempo desplegará una poderosa animación de contraataque.
El éxito de Prince of Persia The Lost Crown es esta fantástica combinación de cuidado combate y los momentos de exploración y plataformas (con algunos puzles memorables). Y todo está combinado y mezclado porque no hay fases de una cosa u otra. Mientras intentamos combinar habilidades de movimiento y poderes sobrenaturales para alcanzar una complicada plataforma o activar un mecanismo casi inalcanzable, tendremos que eliminar algunos enemigos molestos u ocultarnos de alguna criatura demasiado poderosa.
El intrincado mapa del Monte Qaf, que cuenta con 13 biomas bien distintos, se irá desvelando en una aventura cuya trama principal se puede superar en unas 20 o 25 horas. El juego cuenta con una historia de traiciones y poder que nos ha cautivado y que se amplía gracias a diferentes historias y textos ocultos que se van encontrando durante la aventura. La aventura cuenta con más de 65 enemigos distintos, 9 jefes finales de fase realmente épicos, con combates de esos que se te quedarán grabados, y 9 misiones secundarias realmente atractivas que añaden horas a la aventura y que invitan a la exploración más profunda del mapa (y que otorgan cuantiosas recompensas).
A nivel artístico, sabemos que su estética no gusta a todo el mundo, pero a nosotros no nos ha chocado demasiado. La elección del tono colorista (casi cerca del anime) y menos realista nos cuadra con el tono sobrenatural de la aventura. El juego está doblado al castellano, lo que agradecemos enormemente y a nivel técnico cumple con creces. Un divertido metroidvania que nos ha cautivado durante un buen número de horas.