Final Fantasy X cumple 23 años con la nostalgia de una tercera entrega preparada
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Entre la apuesta por el remake o sacar del cajón la tercera parte
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Nomura tiene planteada la sinopsis de una continuación
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Los que cumplimos años hasta el punto de vernos ya en la medida exacta de hacer un cosplay de Auron, sufrimos ataques de nostalgia con Final Fantasy X. El vigésimo tercer cumpleaños del videojuego centrado en Spira nos obliga a volver al piano de Zanarkand demasiadas veces, no sólo cada 19 de julio. Y todo para redescubrir su universo, ya sea en un concierto, en una posible tercera entrega o en un remake futuro tras el desarrollo del nuevo Final Fantasy IX.
El 23 cumpleaños de Final Fantasy X es un choque con la realidad de todo amante del combate por turnos. Por el paso del tiempo, por el choque con el recuerdo y por la necesidad imperiosa de volver a Besaid una y otra vez por millones de motivos. Y sí, el que escribe es un fanático de la saga y del juego en sí hasta el punto de memorizar el Himno del Orador o el Salmo a Yevon. Aunque sea con colegas frikis en viajes interminables de otra época.
Más allá de clasificaciones personales, Final Fantasy X fue un punto de inflexión en Final Fantasy. Por el combate, por la madurez de la narrativa en ese camino hacia la muerte, por la magia adherida a los personajes, y por la inocencia de ese interrogante rubio a quien nadie podía llamar por su nombre. Una fuente de luz, de poder y de estrés.
23 años después el recuerdo se disuelve según el último paseo en el Fahrenheit. A ratos uno necesita volver al Blitzball, otras a los eones oscuros, a la sonrisa forzada de Yuna y Tidus, al menú principal desde Zanarkand...o a la odiada Llanura de los Rayos. Y el eco siempre resuena con una llamada a un Remake a la altura en un sólo juego tan ambicioso como inimaginable.
Y eso, en comparación a lo que era la proyección de Squaresoft a finales de los 90 es ahora una odisea. La evolución gráfica en sólo cuatro años desde el nacimiento de Final Fantasy VII a Final Fantasy X, generación de consolas mediante, es abismal. La perspectiva del tiempo con más de dos décadas por delante deja ahora una idea compleja de cómo manejar tantos juegos al mismo tiempo.
En muy pocos años cuatro proyectos de Final Fantasy salieron hacia adelante tras varios años de desarrollo en cada caso. Y esa magia alineada a los cristales ahora necesitaría mucho más que eso para poner en pie un Remake al gusto de una PS5 o una Xbox Series X|S. Y Capcom lo ha hecho a la perfección con Resident Evil, pero componer un mundo abierto como el Remake del VII necesita toda una vida para hacer lo propio con una saga completa de FF.
¿Qué llegará antes Final Fantasy X-3 o un remake?
En el vigésimo aniversario del lanzamiento del videojuego Tetsuya Nomura colocó la pelota de un chut de Jetch en el tejado de Square Enix. Y lo hizo de la manera más sutil posible, dejando entrever que tienen una sinopsis preparada para una posible tercera entrega. Y no hay más que eso, una idea encerrada en un cajón que puede devolver la saga a Spira.
La pregunta a esa respuesta sólo la conoce Square Enix porque el verdadero rumbo de Final Fantasy choca según el título. La recuperación de Final Fantasy VII en forma de remake es una de las creaciones más ambiciosas de la década en la compañía, pero el estilo es totalmente opuesto al de otras sagas. Final Fantasy XIV y XVI juegan en ligas opuestas después de un 2024 repleto de lanzamientos.
Con el desarrollo rumoreado de Final Fantasy IX, es imposible imaginar cuál es el próximo paso, pero todo apunta al remake. Recuperar la historia original para una tercera entrega después del giro radical de X-2 con Yuna, Rikku y Paine en un universo totalmente diferente sería extraño. Y con 23 años de historia, no es raro imaginar un anuncio a futuro de un Remake de la historia de Tidus durante el próximo lustro.
La ruptura definitiva de Square Enix con la exclusividad sí adelanta que el próximo lanzamiento de Final Fantasy, sea cual sea, tendrá libertad. En PC, PlayStation y Xbox al mismo tiempo para llegar a más millones de jugadores, al mismo tiempo y con una premisa mucho más abierta.
Y entre tanto, sólo queda volver al remaster, a alejar el odio por Final Fantasy X-2 por una jugabilidad envidiable a pesar de las críticas. Porque el estilo y la historia a veces nublan el bosque de la jugabilidad, y la unión de todo ello sólo deja un recuerdo trastocado de la historia original. Eterna y con un final a la altura de un videojuego de diez.
