Pushing It! Together: el castigo de Sísifo se vuelve multijugador

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Empujar una piedra nunca fue tan desesperante y, ahora, con amigos
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El sucesor de “Pushing it! With Sisyphus” convierte la frustración en una experiencia cooperativa
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A veces encontramos videojuegos que nos retan, nos desesperan y, aun así, no podemos dejar de jugarlos. Sin duda, una de estas obsesiones podría ser perfectamente Pushing it! With Sisyphus, una experiencia en solitario inspirada en el mito griego de Sísifo, donde empujar una roca cuesta arriba era una metáfora del esfuerzo sin recompensa. Ahora, sus creadores nos invitan a repetir este eterno castigo, pero con una diferencia esencial: esta vez, no estamos solos. Bienvenidos a Pushing It! Together.
Este nuevo título, que se presenta como sucesor espiritual y multijugador del original, transforma la penitencia individual en un desafío cooperativo, caótico y desesperante, pero ahora en compañía. Porque sí, el objetivo sigue siendo empujar una roca colina arriba. Pero hacerlo con otras personas cambia por completo la experiencia: ahora puedes pagar la frustración con tus compañeros y echarles la culpa a ellos.
Un castigo compartido… es medio castigo
En Pushing It! Together, hasta cuatro jugadores pueden unirse en una misma partida, formando una suerte de equipo de sufridores voluntarios. La dinámica es sencilla en apariencia: todos deben colaborar para empujar una gigantesca roca montaña arriba, caminando o corriendo contra ella. Pero no hay que dejarse engañar: detrás de esta mecánica simple se esconde una jugabilidad profundamente desafiante, donde un solo paso en falso puede significar perder todo el progreso.

El juego toma prestada esa filosofía de “fallar para aprender", pero añade un componente de interacción social que lo eleva (o hunde, según el caso). Las caídas no solo duelen por lo que se pierde, sino por lo que pueden provocar entre los jugadores: reproches, gritos, carcajadas... y quizás, alguna que otra bofetada virtual.
De los enfados a la empatía: la montaña como terapia de grupo
Uno de los aspectos más interesantes del juego es cómo convierte el conflicto en una herramienta narrativa y de diseño. En palabras de los propios desarrolladores, “no siempre será fácil entre vosotros, y a veces habrá peleas. Pero vuestro trabajo es aprender a superar las diferencias, a trabajar en equipo”. Así, la montaña no es solo un escenario hostil: es una especie de terapia de grupo donde el verdadero logro no es llegar arriba, sino lograrlo juntos.
A lo largo del recorrido, los jugadores podrán desbloquear sombreros y apariencias para la roca, pequeños premios que añaden un toque de humor y personalización. También podrán usar el botón de “bofetada” para liberar tensiones o simplemente fastidiar un poco a sus compañeros. Porque si algo queda claro en esta propuesta, es que el juego no se toma a sí mismo demasiado en serio, aunque sí logra hacernos sentir mucho.

Estética minimalista, emociones intensas
Visualmente, Pushing It! Together mantiene un estilo sencillo, casi minimalista, que recuerda a las físicas exageradas de otros juegos indie de habilidad. Pero lo importante aquí no es el acabado gráfico, sino la sensación de logro compartido (o de fracaso colectivo) que genera cada intento. Las físicas, bien calibradas para el caos, hacen que cada tramo superado sea una pequeña victoria que celebrar... hasta que todo se va al traste.
Y pese a la frustración inherente al concepto, hay un mensaje de fondo que resuena con fuerza: “esta vez hay esperanza, porque no estás solo. Os tenéis los unos a los otros”. En un medio tan competitivo como el de los videojuegos, encontrar una experiencia que reivindica la colaboración (aunque sea a través del caos) es refrescante.
Una propuesta ideal para streamers y grupos de amigos
Por su potencial para generar momentos impredecibles y memorables, Pushing It! Together apunta a convertirse en un favorito entre streamers y creadores de contenido. Cada partida es distinta, cada caída tiene su historia, y cada discusión entre compañeros es oro puro para el entretenimiento online.
Pero más allá de lo viral o lo humorístico, el juego tiene algo de profundamente humano. Nos recuerda que, a veces, los mayores logros no están en la meta, sino en lo que compartimos por el camino. Incluso si ese camino es cuesta arriba, con una roca que parece tener vida propia.