Tails of Iron 2: Whiskers of Winter, un festín de ratas para amantes de los soulslike

La primera entrega de Tails of Iron nos sorprendió muy gratamente y se convirtió en uno de los mejores juegos indies de los últimos años. Su mezcla de acción RPG y metroidvania, con esos combates realmente desafiantes y un estilo artístico impactante se ganó el corazón de crítica y público. Ese mundo medieval protagonizado por ratas caló hondo y su secuela solo podía tener unas expectativas muy elevadas.

Ahora Odd Bug Studio nos trae Tails of Iron 2: Whiskers of Winter, una secuela que mantiene la esencia del original pero con suficientes mejoras para hacer de la experiencia algo aún más desafiante y gratificante, tentando a los amantes del género ‘soulslike’. Con su estilo visual dibujado a mano que sigue impresionando, su fabulosa narrativa envolvente y un sistema de combate que no perdona, este metroidvania de acción RPG promete sumergirnos de nuevo en un mundo tan hermoso como brutal protagonizado por ratas y demás animales, a cada cual más violento y cruel.

Una historia de venganza en un mundo en guerra

En Tails of Iron 2 encarnamos a Arlo, una joven rata que vive en las gélidas tierras del norte bajo la tutela del Guardián del Páramo. Pero la tranquilidad dura poco: los murciélagos vampiros del clan Alas Oscuras atacan con una violencia despiadada, dejando a su paso muerte y destrucción. Tras perder a su mentor y ver su hogar en ruinas, Arlo jura venganza y emprende una odisea para reconstruir su fortaleza y su pueblo, además de forjar alianzas y conseguir acabar con esta nueva amenaza.

Aunque la trama se sostiene bien y mantiene un tono épico y oscuro, y tiene una profundidad poco común en este tipo de juegos, no podemos ignorar su similitud con la del primer juego. Digamos que no se han roto la cabeza por trabajar un guion sorprendente. El arco de venganza es prácticamente el mismo, pero ¿qué mejor que una rata armada hasta los dientes y ‘rabiosa’ de venganza?

Combate despiadado con nuevas herramientas tácticas

El combate de Tails of Iron 2 es su pilar más sólido. Inspirado en los Soulslike, nos obliga a estudiar los patrones de ataque enemigos, bloquear, esquivar y contraatacar con precisión quirúrgica. La dificultad es extrema, incluso en la configuración estándar, y no es raro morir repetidamente hasta encontrar la estrategia adecuada. Eso sí, el juego cuenta con una versión más amable llamada ‘Cuento de Hadas’, por si no eres un experto en el género y prefieres no morir cada dos pasos.

En comparación con el sistema de combate de la primera entrega, Odd Bug Studio ha añadido algunas mecánicas nuevas que le otorgan un nuevo grado de acción táctica que le ha sentado realmente bien. Entre ellos destaca el daño elemental, y es que ahora las armas y armaduras están imbuidas de fuego, veneno, hielo o electricidad, permitiendo explotar distintas debilidades enemigas. Eso sí, nuestra rata también es sensible a estos elementos, por lo que tendremos que cuidarnos de sus efectos, por ejemplo utilizando pociones que nos protegen de cada uno.

Un añadido interesante también es el de las trampas tácticas: cada elemento tiene una trampa asociada que puede interrumpir ataques y generar ventaja estratégica en medio de la batalla, por lo que será muy inteligente aprovisionarse de trampas específicas en las tiendas. Pero, siun duda, el añadiudo más significativo es el de la magia. Arlo puede lanzar hechizos destructivos otorgados por los dioses roedores, unas magias que nos son ilimitadas pero que, bien utilizadas, son una ayuda definitiva en muchos combates.

El combate es uno de los puntos más fuertes del juego y sigue funcionando como un reloj. Pero es inmisericorde y nos exige ser precisos y sudar con cada enfrentamiento, por pequeño que sea.

Exploración, crafting y gestión del equipo

Pero el combate por sí solo no sería capaz de sostener una experiencia tan interesante como la que suma la exploración del mundo y la personalización del personaje (con equipo, armaduras y armas de todo tipo) y la de nuestra ciudad fortaleza, Ivernia (que tendremos que reconstruir desde las ruinas).  Podemos construir puntos de viaje rápido, mejorar nuestra base y fabricar equipo con los materiales obtenidos en el campo de batalla.

Sin embargo, la gestión del inventario puede volverse algo tediosa ya que no han construido los menús más intuitivos y accesibles del mundo. La ausencia de configuraciones predefinidas para el equipo hace que cambiar de armas y armaduras en función de los enemigos se vuelva una tarea constante que interrumpe el flujo del juego.

Una dificultad exigente con múltiples opciones

Como ya hemos dicho Whiskers of Winter ofrece varios niveles de dificultad, desde el desafiante Tails of Iron Mode, que es su modo estándar, hasta el brutal Bloody Whiskers Mode, donde los enemigos son más agresivos y los errores se castigan con mucha mayor severidad. Todo un desafío rejugable para los más intrépidos. Y como ya hemos apuntado antes, para quienes busquen una experiencia más accesible, Fairy Tail Mode reduce considerablemente la dificultad sin sacrificar la esencia del combate, que sigue teniendo sus exigencias.

Si no jugaste a la primera entrega, el juego es un poco tosco en su entrada. Su tutorial no explica demasiadas cosas ni da muchas pistas para dominar todo lo que le título tiene que ofrecer. Así que prepárate para un juego que no da tregua y te hará morder el polvo cada pocos segundos. Sobre todo, el título no explica con suficiente detalle algunas de sus mecánicas avanzadas, lo que puede hacer que los jugadores menos experimentados tengan una curva de aprendizaje más empinada de lo necesario.

Una dirección artística impecable

Si hay algo que realmente destaca en Tails of Iron 2 es su apartado visual. Cada entorno y personaje está meticulosamente ilustrado a mano, creando la sensación de estar dentro de un libro de cuentos medieval. Desde las tundras heladas hasta los oscuros pantanos, cada región está llena de detalles y ambientaciones vibrantes. Además, el juego incorpora un ciclo de día y noche que cambia sutilmente la iluminación y la atmósfera.

Doug Cockle, conocido por ser la voz de Geralt de Rivia en The Witcher, regresa como narrador, aportando una presencia inconfundible que refuerza el tono épico del juego. La banda sonora y los efectos de sonido también están a la altura, sumergiéndonos completamente en este mundo hostil.

Conclusiones de Tails of Iron 2: Whiskers of Winter

Tails of Iron 2: Whiskers of Winter es una secuela que refina la fórmula del primer juego sin revolucionarla. Su combate es desafiante y satisfactorio, su dirección artística es impecable y la atmósfera vuelve a ser fabulosa. Sin embargo, la falta de innovación en su historia y los pocos retoques en su jugabilidad pueden no ser suficientes para ávidos fans de la primera entrega.

Si disfrutaste del primer Tails of Iron, esta entrega te ofrecerá una versión mejorada de lo mismo, lo cual no tiene por qué ser malo. Pero si esperabas una evolución significativa, puede que te quedes con la sensación de que Whiskers of Winter es más una versión 1.5 que una secuela completamente nueva.

Versión analizada: Xbox Series X

Lo mejor

• Un estilo artístico bellísimo y detallado
• Un sistema de combate desafiante y satisfactorio
• Anima a la exploración y al crafteo eterno.

Lo peor

• Historia demasiado similar a la del primer juego.
• A pesar de los añadidos al combate, puede volverse algo repetitivo.

82/100