Sorry We’re Closed: amor bizarro a los survival horror mas clásicos

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Un adorable survival horror con estética, gráficos y mecánicas de los tiempos de PlayStation 1
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Una estética vibrante y mecánicas peculiares definen esta experiencia indie
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Among Ashes: un delicioso survival-horror patrio homenaje a los grandes del género
"¡Ya no se hacen juegos de terror como los de antes!", habrás escuchado alguna vez a algún crítico viejuno de videojuegos. Pues ahora puedes contradecirle de manera categórica gracias a Sorry We’re Closed, el juego debut de una pequeñita desarrolladora indie británica llamada 'à la mode Games'. Este título, disponible en PC desde el pasado mes de noviembre y que aterriza ahora en PS5, Xbox Series y Nintendo Switch, consigue devolvernos a la primera época de los survival horror con una mezcla de influencias de Silent Hill, Resident Evil y un toque de surrealismo que lo convierte en una experiencia única, desde luego.
Desde el primer minuto, el juego nos sumerge en un mundo retorcido y fascinante, donde la línea entre la realidad y lo sobrenatural se difumina constantemente. Su dirección artística es realmente llamativa, tiene gráficos de principios de siglo, cuenta con una banda sonora electrizante y nos ofrece una jugabilidad que rinde homenaje a aquellos survival horror de la era de PlayStation 1. Es como rescatar un viejo juego de hace dos décadas de la estantería y volverlo a jugar, solo que a este nunca habías jugado.

Relaciones tóxicas, demonios y discos de vinilo
En Sorry We’re Closed encarnamos a Melissa, una mujer atrapada en la monotonía de su vida, que trabaja en una tienda de alimentación de un oscuro barrio londinense y que vive atormentada por el recuerdo de una relación fallida. Todo cambia cuando un día despierta con un demonio en su habitación, un ser terrorífico brillante como un neón y que maldice a nuestra protagonista con un Tercer Ojo, condenándola a ser arrastrada al mundo demoniaco. Su única esperanza es encontrar la manera de romper el hechizo antes de que el demonio la reclame por completo. ¿Y cuál es la puerta del infierno en Londres a la que debemos dirigirnos para investigar el inframundo? El metro, claro está.
A medida que exploramos este universo retorcido, descubrimos que Melissa no está sola en su lucha. En su edificio habitan otros personajes peculiares, algunos de los cuales ocultan secretos oscuros o incluso tienen conexiones con el inframundo y se las tenían muy calladitas. Las interacciones con estos NPCs enriquecen la interesante narrativa del juego y afectan directamente el desenlace de la historia. Las decisiones que tomemos pueden abrir o cerrar caminos, e incluso cambiar la naturaleza de la maldición de Melissa.

El villano principal, La Duquesa, es una entidad demoniaca obsesionada con el amor y el control, atrapando a sus víctimas en un ciclo de sufrimiento eterno. A lo largo del juego, exploramos distintas zonas de su dominio, desde la intrincada red de metro a hoteles decadentes, parques acuáticos abandonados o lúgrubes barrios repletos de callejones perturbadores. En cada lugar encontramos pistas sobre su historia y la de otros desafortunados que han caído en su trampa. Se trata de un rico relato que mezcla el horror con el sentido trágico de las vidas de sus protagonistas. La trama en sí misma no es excesivamente compleja pero el mundo y sus personajes están realmente bien descritos y le otorgan mucha profundidad.
El juego también presenta varios finales, lo que le da un extra de rejugabilidad. Cada decisión cuenta, y dependiendo de a quién ayudemos o a quién traicionemos, podríamos obtener un desenlace completamente distinto.
Jugabilidad: un constante amor-odio con la nostalgia
Sorry We’re Closed apuesta por mecánicas inspiradas en los survival horror clásicos: ángulos de cámara fijos, exploración meticulosa y combates deliberadamente desafiantes. Sin embargo, esta fidelidad a los clásicos tan adorable puede convertirse en el pero de sus defectos. La ambientación es excelente y su jugabilidad es deliberadamente clásica, sin complejos, pero eso hace que los controles sean toscos, torpes y su respuesta se convierta en una pesadilla en los momentos más críticos.

El combate es uno de los aspectos más peculiares. Ya hemos mencionado que el demonio que maldice a nuestra protagonista le otorga una habilidad conocida como el Tercer Ojo. Cuando activamos este tercer ojo se genera un campo de visión alrededor de Melissa que trasforma la realidad mostrando su aspecto diferente entre planos existenciales (plano mortal y demoniaco). Esto hace que el entorno cambie, algo que se usará mucho en la exploración y en la resolución de puzles. Pero también en el combate.
Los enemigos son unas criaturas duras de pelar, que requerirán de un montón de golpes o disparos para acabar con ellos de una manera directa. Pero si están relativamente cerca les podemos aplicar el Tercer Ojo. Esto les aturdirá ligeramente y dejará expuestos sus puntos débiles, que aparecen como corazones transparentes dentro de sus cuerpos. Una vez revelados, debemos dispararles con nuestra arma principal, Hellhound, una pistola viviente con colmillos y un gruñido amenazador. ¿Chupado, no? Pues no tanto.

Y es que para disparar tenemos que pasar a una perspectiva en primera persona, que tan sólo es eso, una perspectiva, porque mientras pulsamos el botón para pasar a esta vista no podemos movernos. Quedaremos completamente bloqueados. Esto nos obliga a calcular cuidadosamente nuestros movimientos. Si fallas al apuntar, no podrás retroceder ante los ataques enemigos, a no ser que sueltes el botón de apuntado y huyas... algo que con la velocidad del personaje resulta también ineficaz.
Esta mecánica es realmente extraña pero se sobrelleva con los primeros enemigos, pero en enfrentamientos con múltiples amenazas se convierte muy rápido en algo frustrante. Hay momentos en los que el juego nos lanza oleadas de criaturas en espacios muy reducidos, y la falta de movilidad mientras apuntamos hace que estos encuentros sean realmente injustos. Además, algunos enemigos pueden bloquear el Tercer Ojo, lo que nos obliga a replantear nuestras estrategias.

En cuanto a los momentos de exploración y resolución de acertijos, el juego también recuerda poderosamente a los clásicos del género. Debemos encontrar objetos clave y usarlos en el orden correcto para progresar, lo que fomenta la atención al detalle y, sobre todo, la paciencia. Por supuesto, como en los clásicos, la falta de indicaciones claras harán que estemos perdidos un buen rato dando vueltas hasta dar con la clave para continuar.
Un festín audiovisual noventero
Uno de los puntos más fuertes del juego es su dirección artística. Sorry We’re Closed apuesta por una mezcla entre la estética grotesca de Silent Hill y el neon-punk de sagas como Persona. Este mundo de texturas planas de Playstation 1 está lleno de colores vibrantes y luces chillonas que contrastan con los entornos sombríos y al estética demoníaca, lo que le da una identidad visual muy particular. Los demonios son como enormes y brillantes drag queens y el resultado final es maravilloso.

El apartado sonora está también muy cuidado y los ruidos, gruñidos y crujidos suenan suficientemente 'retro'. La banda sonora es especialmente destacable, con una combinación de música ambiental escalofriante y ritmos de pop y rap durante los combates, lo que aporta un tono irreverente y energético.
Conclusiones de Sorry We're Closed
Sorry We’re Closed no es un juego para todos. Su jugabilidad puede ser realmente frustrante, tanto si nunca viviste este tipo de juegos a finales de los noventa como si los amabas pero no te acordabas de cómo ha cambiado la cosa en las últimas dos décadas. Pero su atmósfera, su historia y su estética lo convierten en una experiencia notable. Es un homenaje a los clásicos del survival horror, con mecánicas que a veces pueden sentirse arcaicas, pero con una personalidad propia que lo hace destacar.
Si eres fan del terror retro y estás dispuesto a lidiar con algunas mecánicas torpes en favor de una experiencia artística y narrativa única, Sorry We’re Closed es un título que merece tu atención.
Plataforma analizada: Xbox Series X
Lo mejor:
- Una dirección artística vibrante y original.
- Historia y personajes intrigantes.
- Fabulosa banda sonora.
Lo peor:
- Combate frustrante.
- Puzzles que pueden resultar confusos.
- Falta de claridad en muchos objetivos.
Nota final: 70/100