Rematch: El caótico arte del fútbol urbano hecho videojuego

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Jugamos a Rematch para experimentar su propuesta arcade y directa de fútbol online, una mirada nostálgica al fútbol de barrio
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Fútbol arcade en su forma más pura, con más personalidad que licencias
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Rematch promete que el juego cruzado llegará pronto
Recordamos el fútbol de nuestra infancia, las pachangas en la plaza del barrio, como algo desordenado y espontáneo. Donde las reglas se improvisaban, las porterías eran mochilas y los protagonistas no eran estrellas mediáticas, sino amigos del barrio con camisetas sudadas. Sloclap, el estudio francés que nos sorprendió con los combates cuerpo a cuerpo de Absolver y Sifu, ha intentado canalizar esa energía callejera en Rematch, su inesperada incursión en el fútbol multijugador arcade.
En un género dominado por las entregas anuales de EA Sports FC, Rematch, sin duda, es una bocanada de aire fresco. No hay estadios realistas, ni plantillas licenciadas, ni sobres de cartas. Lo que hay es caos, creatividad, habilidad y frustración. Porque dominar este juego no es tarea fácil, y ahí reside su encanto. A la experiencia le falta mucho por pulir, pero el pitido inicial no le ha sentado nada mal a esta nueva propuesta futbolera.
Sloclap anunció que Rematch había superado el millón de jugadores en sus primeras 24 horas y el millón de ventas durante su primer fin de semana en PC, Xbox Series X|S y PlayStation 5. El juego se anotó los 2,5 millones de jugadores en todas las plataformas durante el pasado fin de semana (unos 11,78 millones de partidos jugados).

Un caos controlado que exige destreza
En Rematch no controlamos a un equipo entero, sino a un solo jugador dentro de partidos 3v3, 4v4 o 5v5. Cada encuentro dura seis minutos, sin pausas salvo cuando hay gol. No existen faltas, fueras de juego ni saques; el campo está rodeado de muros transparentes que rebotan el balón, lo que imprime un ritmo vertiginoso y sin tregua.
El esquema de control rompe con todo lo aprendido en FIFA o PES. Disparar, por ejemplo, se hace con el gatillo derecho y requiere apuntar con el stick derecho que controla la cámara, como si estuviéramos en un shooter. Esto, sumado a una física que impide que el balón se pegue a los pies, genera una curva de aprendizaje empinada. Pero cuando logramos ejecutar un remate de volea tras un rebote en la pared (literalmente hacer una pared con la pared), sentimos que cada segundo invertido ha valido la pena.
El pase también demanda mucha precisión. Hay una leve ayuda al apuntar, pero el éxito depende de aplicar la potencia justa y leer bien el juego. Las paredes ofrecen opciones ingeniosas para combinar, y aunque rara vez se logra una jugada colectiva limpia, cuando sucede, la satisfacción es inmensa. Las filigranas están presentes también: bicicletas, caños y sombreros que pueden humillar... o dejarte vendido ante el rival si abusas de ellos.

También hay un gatillo dedicado a mantener una posición defensiva, que orienta nuestra espalda hacia la portería y realiza rechaces automáticos si el balón viene hacia nosotros. Si estamos en el área podemos tomar el papel del portero y coger el balón con la mano o intentar hacer una parada alucinante con el botón Y.
Driblar, posicionarse bien y mantener la calma bajo presión son habilidades que se desarrollan con el tiempo. Rematch premia la lectura del juego y la toma de decisiones en fracciones de segundo. Es un título que recompensa la dedicación y castiga la impaciencia y a los jugadores solitarios que quieren hacer la guerra por su cuenta.
Sensaciones en el campo: del caos a la gloria
Jugar a Rematch es como asistir a un entrenamiento infantil. Todos van a por el balón, nadie defiende, y el portero decide salir a regatear y hasta subir a rematar al área contraria. Es frustrante, pero también muy divertido. Y cuando, en medio de ese caos, logras una jugada perfecta, entiendes el potencial oculto del juego.

El enfoque completamente multijugador hace que la experiencia dependa mucho de tus compañeros. Con amigos, Rematch brilla. Con desconocidos, puede ser un suplicio. No hay clubes ni sistemas de escuadras; tampoco herramientas para formar equipos persistentes. Esto limita enormemente el componente social y competitivo del juego. Pero estamos en la Temporada 0, los designios de sus desarrolladores son inexcrutables pero puede que todo llegue.
La falta de roles fijos, como un portero designado (aunque la posición previa en el campo a veces te está gritando: ¡tío, el portero ahora eres tú!), provoca situaciones absurdas pero también momentos impredecibles y emocionantes. El portero puede marcar un gol olímpico desde su área si el otro portero está a por uvas, y es algo que pasa mucho en los primeros partidos. El juego está lleno de estos contrastes, donde lo frustrante se convierte en divertido con la actitud adecuada.
Opciones online: potencial desaprovechado
El online de Rematch es funcional pero está muy verde. Hay partidas rápidas y modo competitivo, que se desbloquea tras alcanzar el nivel cinco. La clasificatoria mejora notablemente el comportamiento de los jugadores, pero sigue faltando infraestructura: no se pueden crear "party" con jugadores aleatorios, ni hay lobbies o salas personalizadas. Puedes gritar a tus cfompañeros durante los partidos si activas el micro, pero la ausencia de unas buenas herramientas de comunicación y organización lastra una experiencia que debería estar centrada en la cooperación.

A nivel técnico, el juego sufre de bastantes problemas que nos hacen torcer el gesto: retrasos, desincronización, y errores que arruinan algunas acciones defensivas o del portero. Hacer una entrada y ver cómo el balón vuelve al rival sin razón aparente es bastante común. El control del portero es especialmente aleatorio y cada intervención es como una ruleta rusa: no cuenta con animaciones claras ni un control real sobre sus estiradas, y las paradas son más cuestión de azar que de habilidad.
A la falta casi absoluta de herramientas sociales y de organización de partidas, competiciones y equipos se le suma la inexistencia dee un sistema para reportar comportamientos tóxicos o jugadores problemáticos, algo imprescindible en un entorno competitivo online. Si Sloclap quiere consolidar una comunidad activa, necesita implementar estas herramientas sociales y de moderación lo antes posible.
Estilo por encima de realismo
A nivel artístico Rematch opta por una estética estilizada y 'cartoon', alejada del hiperrealismo que domina los simuladores deportivos. Los escenarios son futuristas y cerrados, con una paleta de colores vibrante y personajes personalizables con peinados, tatuajes, accesorios y atuendos un poco escasos por el momento. El estilo visual es atractivo y refuerza el carácter arcade y urbano del juego, pero las opciones de personalización tendrán que crecer con el tiempo.

El rendimiento es, en general, estable en términos de fotogramas por segundo, pero algunos errores técnicos que ya hemos mencionado, como bugs en el inicio del partido o glitches visuales que afectan a la interfaz, ensombrecen la experiencia. La interfaz de usuario es funcional pero algo austera, y el menú post-partido carece de estadísticas detalladas, datos chulos o repeticiones de las mejores jugadas.
En cuanto al sonido, la banda sonora acompaña con ritmos energéticos y urbanos que encajan con el tono del juego, aunque se vuelve repetitiva con el tiempo. Los efectos de sonido cumplen, pero podrían beneficiarse de una mayor variedad y claridad, especialmente en las acciones clave como disparos, entradas o paradas.
Progresión, estética y pasar por caja
Rematch no tiene mejoras de atributos ni progresión estadística. Todos jugamos en igualdad de condiciones, lo que refuerza el componente puramente técnico. Lo que sí ofrece es una personalización visual para ir haciendo único a nuestro jugador: peinados, tatuajes, celebraciones y ropa, algunos bloqueados tras un pase de batalla premium. Y es que el juego quiere potenciar su monetización ofreciendo diferentes recompensas y objetos estéticos con objetos exclusivos y microtransacciones constantes. Es cierto que no hay cajas de botín, ni es necesario pagar para jugar mas allá del desembolso inicial, pero sí que existe una sensación constante de monetización.

Conclusiones de Rematch
Plataforma analizada: Xbox Series X
Rematch es una experiencia contradictoria. Por un lado, es una propuesta original, intensa y divertida. Por otro, es un juego online que parece inacabado, falto de estructura y con decisiones discutibles a nivel de diseño. Si Sloclap logra pulir sus defectos, podría convertirse en un referente del fútbol arcade multijugador.
Hoy, sin embargo, es una joya en bruto que solo brilla a ratos. Pero esos momentos, cuando llegan, son tan buenos que resulta difícil no darle otra oportunidad. Si tienes amigos con quienes jugar, merece mucho la pena. Si dependes de extraños, mejor espera a futuras actualizaciones.
Lo mejor:
- Jugabilidad desafiante con gran recompensa técnica
- Un estilo visual atractivo y opciones de personalización
- Caos hilarante en las partidas con amigos
Lo peor:
- Falta de opciones sociales y de comunidad
- Algunos problemas técnicos lastran la experiencia
- No cuenta, prácticamente, con opciones offline.
70/100