SHINOBI: Art of Vengeance, el regreso triunfal del clásico arcade

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La evolución en metroidvania le sienta de lujo
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Refrescante, desafiante y precioso visualmente
Si el nombre de Shinobi te hace sentir mariposas en el estómago, quizá ya estéis peinando canas. Poco importa, pues eso significa que has gozado como nadie de juegazos como aquel The Revenge of Shinobi de SEGA Mega Drive. Veintiséis años han pasado desde entonces, hasta que en pleno 2025 hemos tenido este regalo llamado SHINOBI: Art of Vengeance, que aspira a ser uno de los mejores metroidvanias del año.
Si bien es cierto que la saga de Mega Drive tuvo un cierre en 1993 un tanto olvidable, y años más tarde llegó el intento de 2011 para 3DS que fue bastante potable, lo cierto es que hablamos de una saga que creíamos muerta. Pero henos aquí, disfrutando del regreso por todo lo alto del legendario Joe Musashi, que debe enfrentarse ahora al mayor reto de toda su vida, y en un momento crucial de la misma. Pues en esta ocasión debe luchar por algo mucho más importante que sí mismo. Por su tierra... y su familia.
En esta nueva aventura de SEGA nos enfrentamos al villano definitivo de la saga. Lord Ruse es un militar que ha logrado amenazar a medio mundo. Bajo la bandera de su organización, ENE Corp., sabe que suponemos una amenaza, y por ello todo empieza con una gran ofensiva sobre nuestra tierra, la Aldea Oboro. Un lugar donde llevamos años viviendo en paz, adiestrando a jóvenes en este noble arte, y donde somos felices junto a nuestro fiel perrito y nuestra esposa Naoko, que espera un hijo nuestro.

Una amenaza como ninguna otra
No tardaremos en averiguar que Lord Ruse es mucho más que un militar de alto rango con aires de grandeza. Ha logrado reunir para su ENE Corp a algunas de las mayores amenazas de la saga. Jefes contra los que nos volveremos a enfrentar, más poderosos que nunca. Y el propio Ruse esconde un secreto, el cual explica cómo ha conseguido reunir todo ese poder.
Pero por supuesto, Joe Musashi volverá a la carga para impedirlo todo. Comenzando aquí una aventura que al inicio puede que parezca sencilla, pero con el tiempo el juego se irá volviendo cada vez más desafiante. Siendo muy recomendable jugar en la dificultad pretederminada, que es la máxima de Shinobi. Recordándonos al clásico arcade que se volvía imposible en muchos momentos.

Abrazar el género metroidvania como evolución del arcade
Los juegos arcade de la época de la SEGA Mega Drive como es el caso, o de las recreativas, tenían un nivel de dificultad escandalosamente alto y en ello basaban su re-jugabilidad. Y si un Shinobi no es complicado, no es un Shinobi. Eso sí, no estaremos ante ningún reto imposible, al menos de cara a pasarnos la historia principal del juego.
De base nos encontramos con un juego muy similar al que jugábamos hace 30 años. Un plataformas de acción 2D en el que avanzar de manera continua de izquierda a derecha. Solo que este SHINOBI: Art of Vengeance es mucho más que eso, reconvirtiéndose en algo totalmente distinto mientras mantiene toda su esencia arcade, como es esa transición al género metroidvania.

Ahora el bueno de Joe Musashi se puede ir equipando con diferentes amuletos que potencian unas u otras habilidades. Pero deberemos elegir, claro. ¿Qué se nos da mejor? ¿Cuáles son nuestras fortalezas y debilidades? Todo cuenta para derrotar al enemigo y avanzar. Pero sobre todo, se nutre de numerosísimos y potentes combos que más vale mecanizar cuanto antes. Y no, no es algo sencillo cuanto tienes a diecisiete enemigos simultáneos, uno que vuela, otro que dispara granadas y otro con ataques imparables, cuando para cada uno de ellos necesitas un combo distinto. Y por supuesto, contamos con un fantástico diseño de niveles que nos obligará a volver a rincones ocultos a medida que se incremente nuestro poder y obtengamos nuevas habilidades.
Ese estilo de combate que mezcla ambos estilos es toda una delicia. Lo mejor de lo clásico y lo nuevo. Algo que es muy familiar tanto a los jugadores veteranos como para los más jóvenes. Pero también aporta un toque de aire fresco que hace que en todo momento sea muy disfrutable. Y en el cenit de todo tenemos la ejecución shinobi, que solo podremos hacer precisamente completando combos, y cuanto más complejos, más probable será hacerlos. Ya que ejecutando enemigos ganaremos más monedas, recuperaremos más salud y conseguiremos más recompensas en general.

Desafíos imposibles para los que buscan algo más
Como mencionamos, avanzar y completar la historia principal de SHINOBI: Art of Vengeance no es una tarea imposible. A su máxima dificultad, que es la recomendable, a veces es un reto. Y admitimos que hay jefes que requieren incontables intentos para vencerlos. Pero el sabor es diferente. Como si en el fondo fuese más sencillo en comparación a los clásicos. Lo que también incrementa el nivel de satisfacción.
Pero lo mejor de este nuevo Shinobi son sus retos secundarios. Toda una pesadilla para el jugador completista. No siempre podremos conseguir todos los secretos, orbes y demás objetos de una fase, obligándonos a repetirla mucho más adelante. Algunos de estos secretos ya suponen el disponer de una habilidad considerable para completarlo. Pero nada como las grietas de Ankou, que son portales secretos escondidos en cada mapa que nos llevan a retos casi imposibles. Ya sea de combate o de una exigencia de parry tan altísima que puede llevarnos varias horas el completar uno solo, hasta encontrar y memorizar el patrón y reunir la habilidad para hacerlo todo perfecto.

Conclusiones de SHINOBI: Art of Vengeance
Esta resurrección de la saga es todo un regalo para cualquier tipo de jugador. De estilo arcade, complicado pero satisfactorio, con retos imposibles para aquellos locos que traten de conseguir el 100%. Con nuevas mecánicas para renovar la saga, haciendo que incluso los combates sean más complejos y personalizados.
Y todo eso bañado a través de un precioso estilo. Lo que logra el departamento de arte te maravilla desde el primer segundo. Logrando hacer lo mismo que sus mecánicas: transmitirse toda la esencia del clásico, a la par que te da una bofetada de algo fresco. Logrado gracias a un dibujado a mano creado por Lizardcube, el equipo responsable del exitoso Streets of Rage 4, que en 2020 también sorprendió como continuación a otra saga de hace 30 años.
Lo mejor
- Su mezcla perfecta entre lo clásico y lo nuevo. Tanto en mecánicas como en estilo visual y sonoro
- Es todo un desafío repleto de puzzles complejos, dejando a un lado ese único avance horizontal hacia la derecha
- La curva de aprendizaje. Al comienzo todo parece muy sencillo, pero poco a poco adquiere un nivel que nos obligará a ir mejorando, y mucho. Saltos de dificultad muy notables a lo que deberemos acostumbrarnos pronto
Lo peor
- Podría ser perfectamente otro punto positivo, según se mire, pero algunas Grietas de Ankou requieren horas para no lograr completarlas nunca. Como decimos, no todo está hecho para completarse al 100%, y esto bebe mucho del juego arcade que, en muchas ocasiones, nunca llegábamos a poder pasarnos del todo
- Algunos poderes están demasiado rotos. Basta con ahorrarlos contra los jefes y la dificultad disminuye (dentro de que algunos siguen siendo salvajemente difíciles)
90/100