Análisis de Formula Legends: un adorable homenaje a la Fórmula 1

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Un título simpático y entrañable que es una carta de amor a la historia de la F1 y que mezcla arcade y algunos detalles de simulación
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Un viaje arcade por la historia del Gran Circo
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Los fans de la F1 tienen cada año el título oficial de la mano de Codemasters, la mejor manera de vivir en primera persona el mundial de automovilismo, como con el genial y reciente F1 25. Sin embargo, también hay sitio para las propuestas más desenfadadas, carentes de licencia alguna, pero con el mismo amor por el circo de la Fórmula 1. El estudio italiano 3D Clouds se ha atrevido a pisar el acelerador en otra dirección con Formula Legends, un título que no busca competir de tú a tú con los gigantes del género, sino rendir un homenaje descarado, entrañable y muy divertido a más de medio siglo de historia de la F1.
Lo primero que llama la atención es su estilo visual: coches deformados, pilotos cabezones con cascos enormes y un aire de cartoon que podría engañar a cualquiera. Pero cuidado: bajo esa capa de aparente desenfado se esconde un juego que no teme coquetear con la simulación. De hecho, sus creadores lo definen como un sim-cade, es decir, un híbrido entre arcade y simulador que trata de ofrecer lo mejor de ambos mundos. Y aunque la fórmula no siempre sale perfecta, lo cierto es que la experiencia resulta mucho más rica y desafiante de lo que aparenta a primera vista.

Homenaje a la Fórmula 1 entre el arcade y la simulación
El apartado estrella es su Modo Historia, un recorrido histórico que nos lleva desde 1968 hasta la era híbrida de la última década. A través de 95 carreras atravesamos las distintas épocas de la F1: los peligrosos setenta, la mística de los ochenta, los monstruos mecánicos de los noventa, la dominación de Schumacher en los 2000 o la revolución tecnológica de los híbridos. Lo mejor es que no solo se limita a cambiar el aspecto de los coches; también se sienten las diferencias en conducción, agarre y tecnología.
En los monoplazas modernos, por ejemplo, encontramos sistemas como el WRS (Wind Reduction System), un equivalente paródico al DRS real, que permite ganar velocidad al estar a menos de un segundo del coche de delante. También hay un sistema de recuperación de energía de frenada que funciona como un boost estratégico. En contraste, las primeras máquinas apenas tienen agarre y transmiten esa sensación de ir al límite, casi domando una bestia salvaje.

El control de los coches es uno de los aspectos más llamativos. A nivel base estamos ante un arcade con controles accesibles, pero la presencia de elementos como desgaste de neumáticos, consumo de combustible, cambios meteorológicos, penalizaciones por cortar curvas o gestión de paradas en boxes le añaden una capa extra de estrategia.
Las paradas, de hecho, se convierten en pequeños minijuegos donde hay que ejecutar acciones rápidas para cambiar neumáticos, reparar daños o repostar (en las épocas donde estaba permitido). Estos detalles aportan tensión y recuerdan que estamos ante un título que respira amor por la Fórmula 1.
Ahora bien, la implementación de estos elementos es un poco irregular. Mientras que las sanciones por pisar fuera de la pista se aplican con bastante contundencia, la gestión de neumáticos deja mucho que desear y parece que no afecta demasiado a la carrera real: es posible rodar con gomas de seco sobre mojado y mantener un buen ritmo, algo impensable en la F1 real. Este desequilibrio es algo frustrante: ¿estamos ante un arcade puro o un simulador demasiado ligero? Pues no nos queda muy claro.

Pistas, ambientación y humor en la parrilla
Sin licencia oficial, 3D Clouds ha optado por reinterpretar los circuitos reales con nombres alternativos (marcándose un divertido ‘Pro Evolution Soccer’): así Spa se convierte en el Ardennes GP, Silverstone en el Old Prestige GP, y Mónaco en el Riviera Streets GP. Pese a los cambios, la esencia está ahí, y es fácil reconocer curvas míticas como Eau Rouge o el túnel del Principado.
Además, los circuitos se presentan en distintas versiones históricas: Vintage, Classic y Modern, lo que permite comprobar cómo han evolucionado con el paso de los años. Un detalle fantástico es que en las versiones más antiguas apenas hay escapatorias o gradas, transmitiendo una sensación más peligrosa y auténtica.
Si los circuitos ofrecen un guiño gracioso con sus nombres inventados, los equipos y pilotos son aun más cómicos. Aquí encontramos a McLaden (McLaren), Pentault (Renault) o Merkseds (Mercedes), y en la pista compiten figuras como Luis Hammerton (Hamilton), Mike Shoemaker (Schumacher) o Batteri Voltas (Bottas). La lista es tan disparatada como entrañable.

Problemas con la IA y la dificultad
Uno de los puntos más discutibles es la IA. Los rivales son agresivos hasta el extremo, lanzándose en curvas sin importarle demasiado quién tiene la trazada. Además, el equilibrio de dificultad es inconsistente: en fácil resulta un paseo, en normal exige vueltas casi perfectas, y en difícil se convierte en una prueba de paciencia. A veces incluso dentro de un mismo campeonato la balanza se rompe: en una carrera puedes dominar con comodidad y en la siguiente quedarte rezagado sin opciones.
Este desequilibrio se agrava por la ausencia total de modos multijugador, tanto local como online. Para un arcade de estas características, que invita a la competición desenfadada entre amigos, es una carencia notable. El único rival real que tenemos es la IA, con sus muchos defectos.
Un apartado técnico adorable
Visualmente, Formula Legends apuesta por un estilo cartoon desenfadado, con coches deformados pero reconocibles y una agraable paleta de colores. Pero luego cuenta con efectos visuales, como el polvo o las particulas y efectos meteorológicos que parecen a la altura de los juegos ‘grandes’. El toque artístico es encantador, aunque técnicamente se aprecian algunas limitaciones: texturas que a veces aparecen borrosas, popping y algunas caídas de rendimiento en curvas con muchos elementos en pantalla.

La música cumple con su función, sin más. Donde sí destaca el juego es en los efectos de motor y el ambiente de los circuitos, con un rugido que, pese al estilo caricaturesco, transmite la potencia de los monoplazas. Además, cada era cuenta con un filtro gráfico y sonoro que refuerza la ambientación: las carreras de los 60, por ejemplo, tienen un tono más apagado, como si viéramos una retransmisión televisiva de época.
Conclusiones de Formula Legends
Formula Legends es un juego hecho con pasión, de eson o cabe duda. No tiene licencias oficiales, ni pretende rivalizar con la saga de Codemasters, pero lo compensa con humor, cariño por la historia de la Fórmula 1 y una jugabilidad que, aunque irregular, consigue enganchar. Sus carencias son evidentes: la ausencia de multijugador, los problemas de equilibrio en la IA y ciertas incoherencias en las mecánicas de simulación. No termina de cuajar ni como arcade ni como simulador. Es una extraña mezcla adorable que puede funcionar si amas este deporte de motor.
Plataforma analizada: PlayStation 5
Lo mejor:
- Gran homenaje a la historia de la Fórmula 1 con 95 carreras a través de distintas épocas.
- Estilo artístico encantador y lleno de humor.
- Mezcla interesante de arcade con elementos de gestión y estrategia.
Puntos negativos
- Ausencia total de modos multijugador.
- IA desequilibrada y poco coherente según la dificultad o el circuito.
- Implementación irregular de los elementos de simulación.
68/100