Kirby Air Riders, una obra atemporal llamada a ser un juego de culto
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Veintidós años después de la salida en Gamecube de Kirby Air Ride llega una inesperada secuela de este juego de culto firmada por el legendario Masahiro Sakurai, llamada Kirby Air Riders, que viene una vez más a demostrar que aún se pueden hacer juegos de autor alejados de los estándares comerciales.
Kirby Air Riders es uno de los juegos más sonados del cierre de 2025. Puede parecer a simple vista un juego de carreras basado en el universo de Kirby, esta simpática bola rosa creada por el propio Sakurai para Nintendo, pero eso sería simplificar mucho lo que realmente tenemos ante las manos.
En muchos otros análisis se ha comparado este juego con un parque de atracciones, y es una buena forma de describirlo. Porque Air Riders tiene mucho más de Mario Party que de Mario Kart.
La premisa del juego es en sí misma sencilla. Puedes jugar en varios modos. Air Ride es el más convencional, selecciona una pista, corredor y máquina para luego lanzarte y conseguir el primer puesto. Luego tenemos A vista de pájaro, que nos sitúa la cámara en una perspectiva cenital para ofrecer carreras en circuitos más pequeños y prácticamente visibles completamente en la pantalla.
Luego tenemos el modo Pruebas urbanas, que es algo más complejo y al mismo tiempo el núcleo más competitivo del juego, basado en recorrer un gran mapa buscando potenciadores durante cinco minutos que nos servirán posteriormente en varias pruebas contra otros jugadores. Y por último tenemos el modo Escapada, que viene a representar el modo historia, una mezcla del resto de modos en el que elegimos a un personaje y lo vamos subiendo de nivel y atributos mientras completamos diversas pruebas durante varias fases.
Las pruebas que encontraremos pueden ser tan diferentes como recoger comida por el escenario, pulsar botones, saltar por una rampa y llegar más lejos que nadie o darte trompazos con otros rivales. Es por esto que digo que las carreras son solo una parte de un todo más abierto, y no solo se aplica a lo que podemos hacer, sino también a los personajes y las naves con las que compiten.
Sólo dos botones para controlar todo Kirby Air Riders
En su base, Air Riders es tan simple como manejar únicamente dos botones al controlar nuestra nave. Esta acelera sola, por lo que solo debemos preocuparnos por la dirección a tomar. Pero lo más importante está en el impulso. Cuando mantenemos pulsado este botón, la nave va cogiendo velocidad mientras se va parando, y una vez lo soltamos, salimos disparados. Controlar cuando lo utilizamos puede determinar la victoria, y en este sentido es esencial completar los tutoriales que el juego nos ofrece antes de hacer nada más.
Porque este juego engaña, parece muy fácil de comprender pero en realidad es necesario que se entiendan algunos conceptos primero. Por ejemplo, hay que tomar impulso en las curvas para aprovechar los giros y salir disparados sin perder demasiada velocidad en el proceso. A su vez hay que acercarse a los enemigos que vemos por el circuito porque podemos absorberlos al iniciar el impulso, y esto aporta un extra de velocidad. Algunos de estos enemigos también pueden otorgarnos poderes con los que movernos más rápido o atacar con mayor impacto, ya que fuera del impulso la única manera de derrotarlos es realizando un preciso giro rápido moviendo el joystick de un lado al otro. ¿Ya no parece todo tan fácil, verdad?
La maestría de Air Riders radica en su capacidad de ser una fanfarria alocada, un festival de colores y personajes mamarrachos, y al mismo tiempo, obligarte a ser táctico, a improvisar sobre la marcha, a buscar la manera de aprovechar cada oportunidad en la pista para ganar. Una de sus genialidades la encontramos en el rastro brillante que dejan los rivales tras de sí, que podemos utilizar para impulsarnos y adelantarlos rápidamente. Esto significa en la práctica que a veces no ser el primero puede otorgarnos una ventaja esencial para vencer en el último segundo, y me ha ocurrido en más de una ocasión, sobre todo en las dificultades más altas o jugando en el multijugador. Todo suma, y aunque sean pequeños detalles, si lo tenemos todo en cuenta es como verdaderamente disfrutaremos de Air Riders. Y una vez comprendemos su funcionamiento empieza la verdadera diversión.
El juego, al ser obra de Sakurai, no se queda solo en esta amalgama de modos. El desarrollador ya nos tiene acostumbrados a ofrecernos obras con una filosofía que en los últimos años se ha ido perdiendo, la de permitirnos obtener contenidos jugando y completando desafíos. Personajes, pistas, naves, música, serán muchas las recompensas que iremos consiguiendo simplemente jugando, lo que recuerda a lo visto en su saga más conocida, Super Smash Bros. El enganche llega cuando empezamos a jugar no solo para mejorar sino para ir desbloqueando todo lo que ofrece, invitando al jugador a perseguir objetivos concretos, no hacer lo mismo todo el tiempo sino ir visitando todos los modos e ir completando estas tareas.
Y al ir desbloqueando personajes y naves, vamos observando la otra cara de la moneda, lo que eleva este juego a algo más grande todavía. Cada personaje tiene sus estadísticas propias, que se suman a los de la nave que utilicemos. Por lo tanto, algunos corredores van a rendir mejor con ciertas máquinas y en absoluto con otras, lo que nos invita a experimentar y probar. Las máquinas además pueden cambiar radicalmente de funcionamiento respecto al resto. Unas naves pueden manejarse de una forma más convencional, otras contemplar un control más propio de otros juegos de carreras, otras pueden ignorar por completo el sistema de impulso o necesitarlo para poder avanzar.
Otras pueden pararse por completo al tomar impulso para maniobrar mejor en calles más estrechas o no pararse en absoluto y forzarnos a tirar de cámara para elegir la dirección una vez tomamos velocidad. Son tantas y tan variadas que probar cada una es como cambiar de juego. Mi preferida es una que puede cambiar de modo al realizar giros rápidos, alternando entre una moto rápida especializada en curvas y una nave que puede volar mejor al tomar rampas.
Como ya podéis imaginar, hay suficiente contenido para no aburrirnos en una temporada. Eso sí, el juego requiere que seas capaz de entrar en su propuesta, que entiendas que no es solo un juego de velocidad, es mucho más, y está diseñado para poder contentar a muchos tipos de jugadores.
Si quieres una experiencia más clásica, juega con una máquina que se maneje como un coche. Si quieres algo más alocado, también lo tienes. Si prefieres embestir a rivales, hay máquinas que pueden atacar automáticamente con el contacto. Y eso sin comentar las acciones especiales, el otro botón que podremos usar. Cada personaje tiene la suya propia. Kirby empieza a repartir espadazos como si no hubiera un mañana, mientras que el hamster Rick (el mejor personaje del juego, no tiene discusión) se baja de la nave y empieza a correr a toda velocidad.
Hay tantos modos, formas de jugar o atributos que tener en cuenta que necesitaremos jugar varias horas para ir asimilando lo que de verdad significa este Air Riders. Viéndolo con perspectiva, es muy probable que consiga convertirse en una obra atemporal, posiblemente incomprendida por muchos, pero muy vanagloriada por los pacientes y los locos que, como yo mismo, nos contagiamos de la pasión de unos desarrolladores que componen una obra que refleja sus propios gustos y todo aquello que aman del medio. Y si llegas a cansarte de su frenetismo y las absurdas voces de los comentaristas, cambia el idioma un rato, escucha la banda sonora o relájate en el garaje modificando tus naves o colocando diferentes gorros a los personajes.
*Jugado en Nintendo Switch 2
Lo mejor
- Otra obra con el sello de calidad propio de todo lo que toca Sakurai. Enfermizo en el detalle, humorístico hasta el ridículo más entrañable.
- Variedad sin límites en contenido y pruebas con las que desbloquearlo.
- Divertido y difícil de dominar, pero con un diseño adaptado para todo tipo de jugadores.
Lo peor
- La historia es bastante simple, una pequeña excusa para ir avanzando en el modo escapada.
- Se echa en falta un poco más de claridad a la hora de presentar ciertas funciones, como lo que hace cada estadística, o en hacernos entender el estilo de cada personaje.
Nota: 97/100